lunes, 31 de octubre de 2011

198 Elvis sigue vivo.


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No me preguntéis la fecha exacta; yo tendría ocho o nueve años cuando ocurrió por primera vez. Una motocicleta arrolló a mi perrita. Pensé en ella una y mil veces; la imaginé en el limbo. Sin saber cómo, después de muerta apareció en mi cama, corría por casa, y dormía en el sillón de papá. Sólo la percibía yo. "Poderes sobrenaturales", pensé. "Cosas del demonio", decía la abuela.

- Rafa, que el niño habla solo, dice que hay un perro.
–Tonterías de chaval abuela. 
- Este niño no es normal, se le ve en la mirada. Está poseído por el maligno.

Pasaron unos cuantos años hasta la segunda aparición; era un día gris, de esos tontos en los que nunca pasa nada. Regresaba a casa y  me saludó el espectro de tío Juan. Yo era demasiado pequeño cuando murió, apenas lo conocía, pero en la familia todos sabían que era un loco. Me crucé con él en el andén del metro. Se empezó a reír como un chiflado, no paró de perseguirme por todo el vagón.  Por suerte siempre he sido un "Juan sin miedo", pero esa primera aparición me impresionó. Yo tendría veinte años. La cosa no quedó ahí, eso sólo fue el principio Una madrugada de sábado me di de bruces con el abuelo Jacinto. Me fue fácil reconocerlo, por las viejas fotos color ámbar que corrían por casa. Manco, destrozado, la cara ensangrentada, las vísceras colgando entre los pantalones, había fallecido –una noche de Fin de Año- en un accidente de tráfico: era un zombi cualquiera. Ataviado con un sombrero de fiesta, unas guirnaldas multicolores y lanzando confetis por todo el vagón. Había escuchado a la abuela, mas de una vez, lamentarse apesadumbrada: “Mi Jacinto, en paz descanse,  buen hombre, pero era un fiestero, un bala perdida”. Ni siquiera la muerte había conseguido redimirlo. Nos lo pasamos pipa. Normal, uno siempre añora a su abuelo. 


Todo fue empezar y no parar, siempre en el metro. El subsuelo es el mejor hábitat para las almas del purgatorio, terreno abonado. Sucumbí a ese canto de sirenas, a esos túneles negros, infinitos, que se bifurcan una y otra vez hacia ninguna parte, poblados de cadáveres en rebeldía. Al principio no controlaba esos poderes. Interfectos que aparecían y desaparecían por arte de magia. Todo el álbum familiar desfiló ante mis ojos: mutilados de guerra, pomposas damas decimonónicas, bisabuelos anarquistas, nodrizas pechugonas, indianos que hicieron las Américas, veteranos de la Guerra de Cuba… Esos andenes se convirtieron en una máquina del tiempo imposible, en una verbena permanente.

Conocí mujeres, pero ninguna entendió mi especial sensibilidad, mi afición a los temas del mas allá. Y  lo que empezó como un juego, me acabó cautivando. Dejé el trabajo; lo dejé todo para entregarme, sin contemplaciones, a este vicio de los difuntos. Me paso los días, las semanas, recorriendo andenes y vagones con desesperación, buscando almas perdidas, espíritus taciturnos, penitentes de la vida, cofrades de la expiración, con los que compartir unas risas, un pitillo, unas reflexiones. No puede existir vida mas placentera. Poco a poco empecé a controlar esas apariciones, ampliando así la galería de fantasmas. Mis pretensiones son órdenes divinas. Ya no puedo parar. Los domingos de partido, transito por la estación cercana al Estadio departiendo con viejas glorias del balón. Así fue como conocí a Kubala. Los días de estreno, en la parada de Opera, desfilan ostentosas mezzosopranos y altivos tenores. Nada comparable con las fiestas que acaecen los fines de semana en la estación cercana a la zona de los Teatros, repletas de viejas glorias del” Music Hall”: mujeres de vida disoluta, hampones sin corazón,  trapecistas sin red, saltimbanquis de la vida, domadores de sueños, aprendices de nada…. Todo un elenco de estrellas que nunca lo fueron. Cuántas cosas te enseña la vida…

Perdonad, no me he presentado. Algunos me conocéis: soy ese caballerete taciturno, de pelo ralo, barba canosa y traje gris raído, que arrastra su carrito por la Estación Central. Duermo en la calle esperando que me despierte el alba, soñando la hora de apertura de los andenes, para entregarme sin mesura a esta danza de esqueletos. Así una jornada tras otra. Llevo meses pensando en Elvis, pero nada, no aparece, cosa que confirma que el de Memphis sigue vivo.


© Xavier Blanco 2011.

Este Relato fue presentado al concursos de Relatos de Transportes Municipales de Barcelona, sin éxito. 

viernes, 28 de octubre de 2011

197 Los muertos no hablan.

La lluvia continuaba tamborileando la techumbre. Las gotas resbalaban por los cristales opacos, semejando lágrimas, lloros cansados. La muchedumbre comprimía la estancia -un espacio diminuto y descarnado-. La humedad impregnaba, carcomía los huesos; el aire  pastoso,  mefítico, convertía el aposento en un hontanar. Siempre la lluvia, la maldita lluvia que no respeta ni a los muertos. La luz de la noche encumbraba el féretro, y aquella tez pálida cortada por una sonrisa irónica presidía la sala, como si se tratara de un tótem, de un árbol sagrado.  María, ataviada con su máscara de pena, disfrazada de negro azabache observaba: no hay peor muerte que el mutismo del velatorio, peor martirio que la melodía fúnebre que canturrea un coro de plañideras cercando el ataúd. En ese instante,  cuando el silencio de la expiración desgarraba sus tímpanos, sin razón aparente, como si las campanas de la iglesia hubieran tocado a retirada, la gente, los amigos, los familiares, empezaron a desfilar marcialmente. Se fueron despidiendo, uno detrás de otro, en fila, ordenados. Ella, como si fuera una enseña, una triste bandera,  sentía sus abrazos sudorosos, sus resuellos fétidos, sus pésames cansinos. 

Ya sola, miró la luna, insignificante, acuchillada por la lluvia, suspendida en ese cielo desabrigado de estrellas. Cerró la puerta y abrió su alma, desbordada de lamentos. Contempló por última vez el sarcófago, el cuerpo de su marido amortajado, su mirada pétrea. Su sombra, obligada por la luz alicaída de la vela, se reflejaba en el techo desconchado, raído por el tiempo, y fragmentada en mil pedazos eclipsaba su cuerpo diminuto. Tragó saliva invadida por el miedo. Cansada, asediada por la vida, se dejó caer en el escaño, fue capaz de mirarlo otra vez, la última. Creyó escuchar su voz, se estremeció al pensar que podía ser un sueño, una pesadilla,  que la puerta se volvería a abrir y él, esbozando una sonrisa macabra, traspasaría el umbral. Se quedó sin aliento, se asfixiaba, su boca garabateó una sonrisa, tantos años sin respirar que su cuerpo se había acostumbrado a vivir sin aire: los muertos no hablan, no gritan, ni siquiera maltratan, pensó. Los muertos están muertos, no son nada, sólo pasto de gusanos, recuerdo de beatas.  “Con la cuchara que escojas comerás”, le dijo su madre días antes de casarse, cuántas veces recordó aquella sentencia, treinta años comiendo sobras, ayunando felicidad. Miró la garrafa de aguardiente, solitaria encima de la mesa,  llena de veneno, de ese  bebedizo que había finiquitado la vida de su marido, que había lacerado la suya durante treinta años. Poco para toda una vida. 

Se quitó la máscara, se despojó de esas ropas enlutadas, se hubiera quitado la dermis si hubiera podido; dispuso la maleta sobre la cama, que rellenó con cuatro trapos y un par de zapatos. Cerró la puerta con fuerza. La muerte llega en un relámpago, en un instante, pero la vida es eterna, comienza cada día. Si te dan a elegir entre la vida y la muerte, por aciaga que sea, uno prefiere vivir, y al final aprendes que la muerte es solo eso, una tomadura de pelo.


© Xavier Blanco 2011. 
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Si tienes algo mas de tiempo para perder, puedes hacerlo leyendo este relato:
159 Frio Verano.

miércoles, 26 de octubre de 2011

196 Viajar en tiempos de crisis.


Este mes de octubre, los amigos de EURO-PA-LABRA nos hicieron la siguiente propuesta: un micro de máximo 100 palabras, donde aparecieran 17 euros (símbolo de los 17 países de la Eurozona), que hablara de la crisis, pero en positivo, vamos, como la cuadratura del círculo. Esto es lo que salió y hoy lo han publicado allí. Espero que os guste. 






Este año no había vacaciones. Pasamos el verano con el abuelo. Salimos de Londres en ferrocarril. Cruzamos el canal de Suez hasta Bombay. Visitamos Calcuta, Hong Kong y Yokohama. Atravesamos el Atlántico hasta San Francisco, después Nueva York y regreso a Londres en barco de vapor. El mejor viaje de nuestra vida. Todo por 17 euros, risas incluidas: es lo que pagó el abuelo en un mercadillo por una edición ilustrada de “La vuelta al mundo en 80 días”. Los libros son como los sueños, y la imaginación el único animal que vuela sin tener alas. Eso dice el abuelo.


© Xavier Blanco 2011. 

"en los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento(Albert Einstein)



martes, 25 de octubre de 2011

195 Fasd Food (el primer micro de mi hijo)


Mi hijo mayor, tiene 13 años, ha escrito su primer micro. Le prometí que se lo publicaría. Y esas promesas hay que cumplirlas. Aquí lo tenéis. Espero que os guste. 

Ayer, a las dos de la tarde, un lobo fue visto en la plaza mayor del pueblo. Según las primeras hipótesis el lobo bajó desde el Parque Natural cercano en busca de comida. La caza de ciervos y conejos se ha intensificado en los últimos años. Según un vecino de la zona, el lobo huyó dirección al bosque pasadas las tres de la tarde con un menú “Happy Meal” de la conocida hamburguesería “McDonald’s”. Por suerte no hubo heridos, pero la gente está atemorizada, porque no saben si el caso del lobo será una cosa puntual o será frecuente. El Ayuntamiento está estudiando las formas para que el lobo no vuelva a acercarse. El “McDonald’s” ha reclamado al Ayuntamiento los 3,50 euros del menú.


                                                                                                                  La criatura después de leer los comentarios...esto no pinta bien...




domingo, 23 de octubre de 2011

194 Callejear...sin rumbo






Me deleita caminar sin rumbo, con el norte perdido. Malgastar parsimonioso el tiempo, que se escapa, que se evade. Eludir la prontitud, escrutar lo eterno. Pasear guiado por un cielo huérfano de estrellas. Perderme infinito y no encontrar el sendero. Rondar el silencio de la multitud. Andar sin sombra que me persiga. Vivir sin hora, lleno de ausencias, de olvidos. Transitar las calles, sólo, omitido. Ser nada, creerme nadie. Sentir la soledad, el abandono, la huída. Recorrer plazas, avenidas, callejones, disuelto, perdido, distante, solo entre tantos. Observar lo que fuimos y lo que seremos. Renovar la memoria, revivir los recuerdos. Transmitir sensatez, prudencia, cautela. Deambular cansino, perezoso. Vagabundear sin destino, hambriento de miradas. Errar buscando rostros que iluminen caminos. Me gusta callejear, disiparme, hacerme muchedumbre, que diría el poeta.

© Xavier Blanco 2011. 

Este texto fue publicado en La Esfera Cultural el pasado 4 de junio de 2011.


La Esfera Cultural.com

jueves, 20 de octubre de 2011

193 Relatos en...cadena SER.


Semana a semana sigue transitando  el concurso "relatos en cadena" que organiza La Escuela de Escritores y la Cadena SER.  Sólo 100 palabras y la  frase de inicio de esta semana era "No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento". La musa sólo me dio para un relato, sin éxito...espero que os guste. Seguiremos probando suerte.  




Errare humanum est.

No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento. Penetró sigiloso serpenteando  entre las sobras del cortinaje. Observó a la mujer acicalándose frente al espejo.  Se miraron. El chasquido del percutor acalló su grito. Quedó tendida en el suelo, naufragando en un charco de sangre. Parsimonioso abandonó  la vivienda.  Un pensamiento obturó su mente, haciéndole volver sobre sus pasos.  El número cinco brillaba mezquino encima de la puerta.  La cerradura no presentó resistencia. El hombre dormía plácidamente.  Se acercó encañonándolo. El silbido de la muerte desgarró la mudez de los sueños. Apresurado abandonó el apartamento número seis, llegaba tarde al próximo servicio. Las matemáticas nunca fueron su fuerte.



©  Xavier Blanco 2011.


La frase de  inicio para la próxima semana es: "Como tantas veces había hecho de niño".

miércoles, 19 de octubre de 2011

192 Cambio climático/ 2.

Si no has leído el Capítulo nº 1, puedes hacerlo aquí...


CAPÍTULO 2.


Seguimos a la deriva. El entusiasmo de los primeros días ha naufragado en una quietud insoportable. Hace semanas que no oscurece. No hay lunas, no hay noches. Es difícil subsistir en este cosmos monocromático. El cielo y el mar  han dejado de ser azules. Nuestras pupilas, arañadas por el reflejo del hielo, ya no perciben más color que el blanco nada. Ha desaparecido la línea del horizonte. No puedo soportar este silencio abortivo, el mismo que precede a la tragedia. Papá, mamá, María - mi hermana-  y yo,  somos los únicos habitantes de este planeta helado. Nuestra casa, nuestro jardín, convertidos en un iglú ciclópeo asediado por el frío. No hay nada más, no hay nadie más. No nos enfadamos, no nos reconciliamos,  nada que hacer, nada que comentar, nada que achacar.  Los días pasan envueltos en una niebla densa, la que produce nuestra respiración colisionando con el aliento del hielo. Papá continúa con sus inventos, horas, días haciendo números, especulando; ahora creé que la maldita máquina ha podido abrir un agujero en la línea del espacio tiempo. Él sigue ahí, ensimismado, teorizando mundos paralelos. Nos enseña física, química, matemáticas; difícil en este océano de hielo. No percibimos  la tercera dimensión, ni siquiera hay sombras. Mamá intenta explicarnos las cosas de la vida: hoy toca la avaricia. María está asustada, deambula nerviosa, y no deja de imitar el aullido de los lobos. El vino sigue ahí, helado. Tampoco importa, no hay nada que celebrar.

(CONTINUARÁ...)


©  Xavier Blanco 2011.


La avaricia (pintura de Pieter Brueghel).


Ninguno puede servir a dos señores; porque odiará a uno y amará al otro, o será fiel al uno y  menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. (Evangelio según San Mateo 6,  24).



lunes, 17 de octubre de 2011

191 Fecundación "in vitro".



“El parto se ha desarrollado sin complicaciones. Todo dentro de lo normal, no hay que preocuparse”, dijo la comadrona. De eso hacía ya algunas horas. La madre, el padre, los abuelos, la familia, todos exasperados esperando ver a la criatura. Se abrió la puerta de la habitación y la enfermera entregó el bebé al padre que, ansioso, retiró la mantita blanca que lo cubría. No era una niña, como todos deseaban, ni siquiera un niño regordete y sonrosado. Era un  calamar. Sí, como suena, con su carita de calamar, sus ojitos de calamar, sus patitas de calamar, y su tinta de calamar. 
-  No se parece a nadie de la  familia. Tal vez a la tía Ambrosina, por los ojos más bien - apuntó el abuelo.
-  ¿Y ahora qué hacemos con la cuna? Habrá que comprarle una pecera - dijo Raúl, el hermano pequeño.
El padre, absorto, no dejaba de observar a la criatura. El resto de los familiares, afligidos, miraban a la madre que, incapaz de esconder su miedo, hipaba impresionada. En ese instante entró  la enfermera. - Perdonen, ha habido una fatal confusión, el bebé entregado no es el suyo. Un suspiro arañó el silencio. Cedió el nuevo rorro al padre, llevándose al calamarcito que lloraba desconsolado. Una boa constrictor dormía plácidamente, envuelta entre algodones. Todos miraban impacientes al padre que, aterido, intentaba sin éxito ocultar el nuevo vástago.  La madre empezó a gritar aterrorizada.
Se abrió de nuevo la puerta y penetró circunspecto el médico jefe: - El parto ha ido bien. La madre se encuentra en perfecto estado, el bebé dentro de la normalidad. Seguro  que no es lo que esperaban, pero ya les avisamos que estos tratamientos eran experimentales.  ¡Ah!, ahora le traerán la sepia, también es suya, ha sido parto múltiple.


Esta es mi modesta participación en el II Certamen de Microcuento FANTASTI'CS de Castellón. Hay tiempo para enviar los relatos hasta el 13 de Noviembre de 2011. Animaros...Aquí encontraréis mas información.

EL BLOG DE LAS JORNADAS




domingo, 16 de octubre de 2011

190 Billete de ida.


A veces la vida es un camino que nos lleva a ninguna parte...

Pronto aprendió que la vida era un camino perpetuo que se bifurca de forma caprichosa. Había que tomar decisiones. Se lió la manta a la cabeza y, un mal día, inició su viaje de ida hacia ninguna parte. Al final llegó a su destino, y allí nació su hija. Imaginar la entristece, se le disipaban los recuerdos. Podía visionar cómo su abuela tejía con su cabello diminutas trenzas. Resonaba en su memoria el sol inmenso de las mañanas, los atardeceres policromos, las noches claras de primavera.

Hoy es domingo, de los de verdad, libra uno de cada cuatro, deambula, pasea con su retoño del brazo por los parques y avenidas de esta gran ciudad. Existir es un desafío. La urbe la oprime, la maltrata, la empequeñece, enmudece su alegría, ahoga su silencio. No se ha acostumbrado a vivir sin cielo. Le falta el aire, añora el aullido del viento, el crepitar de la madera presa por el fuego. Mientras camina, entre el retumbo de los cláxones y el humear de los vehículos, sueña con su vida pasada. Fantasea con su niñez no vivida, con los árboles que crecían en su país, con el cielo inmenso y azul, lleno de estrellas, con el que cubría sus noches. Imagina el trinar de los pájaros, el aroma de la hierba que ascendía bajo sus pies. Divaga sobre el color de la lluvia, sobre el olor del firmamento. Sentada en el banco, su vista se pierde en la nada, y cuando el sol se derrumba fantasea con la luna que se mece en el horizonte, y sueña los sueños que nunca vivirá. Se siente sola, vacía, despoblada. Mira a su hija, le caen lágrimas, que surcan sus mejillas.

Han pasado los años, pero todavía le cuesta dormir. Algunas noches los sueños se convierten en pesadillas: en gritos que ahogan su cuello, en la sombra de la muerte que acecha tras el batir de las olas, en el agua salada que abrasa su piel, en el miedo al miedo. Revive los días a la deriva, al albor del viento, la noche infinita, los amaneceres fríos e inciertos. Se estremece al recordar aquella maldita patera que naufragó en las costas del primer mundo, donde ella se siente la última, sólo basura. De nada sirve lamentarse, sabe que no es cuestión de tiempo. Ya no recuerda cuando perdió las ilusiones. Al borde del precipicio vagabundea la voz de su madre que le susurra historias, siente sus besos y esa es su única dosis de esperanza. Abraza a su niña, que nunca conocerá a su padre ni a su abuela. Llora, le abate la niebla. Hace tiempo que sabe que no hay billete de vuelta.


©  Xavier Blanco 2011.

viernes, 14 de octubre de 2011

189 El mundo feliz.

El 15 de Octubre toma la calle...es nuestra.


"Obsoleta, su mente está obsoleta", me dijo el neurocirujano.  "Ya está, eso es todo", le contesté. Y me miró sorprendido, contrariado diría yo.


Llevo seis meses de calvario: tres analíticas, dos resonancias magnéticas, una placa de tórax, dos electrocardiogramas, una prueba de esfuerzo, una biopsia, dos charlas con el psiquiatra, una visita al neurólogo, tres botes de pastillas, dos frascos de un brebaje oxidado y, para acabar, dos horas esperando en la penumbra de esta consulta. Y me dice que el diagnóstico no deja lugar a dudas.  Aquel galeno debía de saber mucho de medicina,  pero de la vida, no sabía nada. ¿Obsoleta? ¿Quizás querría decirme que mi mente estaba en  desuso? ¿Tal vez el mensaje era que mi sesera estaba estéril, yerma? En barbecho, mi mente está en barbecho, retirada del mundo temporalmente, oxigenándose, esperando mejores tiempos. Ya se lo dije el primer día: "me encuentro bien, pero la mente la tengo en barbecho". Pero los médicos, ya se sabe…


Él seguía con el dictamen: "las pruebas eran necesarias, hemos seguido el protocolo, el diagnóstico no tiene fisuras, usted piensa demasiado, y ese cerebro ya no tiene suficiente memoria, el raciocinio se le bloquea, su capacidad de almacenamiento es insuficiente, cavila mal, medita desordenado, piensa atropelladamente. Lo que yo le diga, su cerebro está  obsoleto. No tiene por qué preocuparse, ahora han salido nuevas aplicaciones, nuevos programas que mejoran los recuerdos, que eliminan los malos sueños, que ajustan las hormonas, que eliminan los deseos irrealizables, que… Hágame caso, aquí tiene el catálogo. Le recomiendo el último modelo,  bitensión, biodegradable, de fácil conexión, es más caro, pero tendrá cerebro para años y será mucho más feliz".


Antes de decirme adiós volvió a releer mi expediente, a repasar informes, pruebas,  folios garabateados. Frunció el ceño, se quedó absorto, pensativo. Colisioné con su mirada…  "Espere, espere, estaba releyendo su historial, y esto lo cambia todo: aquí dice que es usted un ser complicado, insatisfecho, demasiado crítico con el sistema, quejoso, malcontento. Un rebelde, un contestatario, un agitador, un subversivo.  Devuélvame el catálogo, deberá adquirir éste otro, aquí tiene la receta, es  mano de santo, y además este está subvencionado por el Estado al 100%..., hoy le ha tocado la lotería, se han acabado sus problemas. Y no se olvide de las pastillas, las rojas, las mejores para mantener a raya el inconformismo, una cada 8 horas... Que pase el siguiente".


©  Xavier Blanco 2011.


El 15 de Octubre toma la calle.  Crisis económica, recortes sociales, corrupción política, enriquecimiento de unos pocos, desprecio al ciudadano. Nos recortan el presente y pretenden condenarnos sin futuro. Entre todos podemos cambiar esta realidad que nos oprime, que nos machaca, que nos tritura. Otro mundo es posible. Todos a la calle, tenemos la mejor arma, nuestro cerebro: pensar, reflexionar, compartir actuar. Todos juntos podemos, el día 15 toma la calle, es nuestra.  

miércoles, 12 de octubre de 2011

188 Cambio climático / 1.


Mi padre es inventor, aficionado. Creó una máquina del tiempo, no de esas que te llevan al futuro, o al pasado,  no. Hablo del tiempo meteorológico. Era un artilugio que producía lluvia, nieve, viento, calor y  frío, mucho frío. La instalamos en nuestro jardín. Nos visitaron científicos y sabios de todo el mundo: físicos, químicos, geodas, para analizar aquel espacio del planeta, de comportamiento climático tan inaudito. Nos entrevistaron los  más famosos reporteros, fuimos portada de las revistas técnicas más reputadas. Se especularon las teorías más esperpénticas. Se organizaron excursiones, visitas guiadas, capillas para el rezo. ¿Obra de Dios o del diablo? Nadie pudo descubrir el verdadero secreto. Mi padre nunca averiguó como fue capaz de idear aquel engendro que, un buen día, dejó de funcionar, así, de pronto. Lo peor fue que se encasquilló  en el invierno. Lleva meses nevando. Nos hemos convertido en un inmenso iceberg, en un nuevo continente helado, a la deriva,  vagando por el mundo. Ya no somos noticia, ahora nadie se acuerda de nosotros. ¡Tierra a estribor!…, nada, otro espejismo. ¡Dios que frío! Mi padre sigue ahí; ahora ha inventado un sacacorchos, funciona de maravilla, pero el vino está helado. 


(CONTINUARÁ...)
©  Xavier Blanco 2011.


Ir al Capítulo 2.

lunes, 10 de octubre de 2011

187 Cuando despierte seguiré allí.

No siempre la musa, la imaginación, la fantasía...nos acompaña, a veces el papel en blanco se convierte en un abismo ciclópeo que nos abate...Pero después del invierno siempre llega la primavera.

Hace días que no escribo, borroneo pero  no intuyo. Lo intento sin desmayo.  Miro, indago, pero no encuentro nada. No soporto este pulso infame, esta lucha fratricida. ¿He perdido la imaginación en el sendero de las sombras? ¿Me habré enemistado con la fantasía? ¿Se expatriaron las quimeras? Me siento extraño, en otro cuerpo, en otra existencia. ¿Dónde están los delirios, las princesas, dónde los unicornios alados? Es tan difícil entender que han desaparecido las palabras, que han abdicado los fonemas, que las imágenes se han velado. Me percibo acorralado por mi propio espejismo, convertido en solitario náufrago de mis deseos.  Los sueños ya no me sobrevuelan, no gorjean en mi nido, sólo resuenan graznidos que profetizan noches imperecederas.  Tal vez ya no queden  historias por fabular, ni cuentos que contar,  quizás la ficción y la realidad son la misma cosa.  Ahí fuera llueve nada, llueve  miedo, llueve sangre.  Transitar por el alambre, funambulista en el precipicio del fracaso, hecho trizas de ponerme a prueba, de este examen perpetuo, de perseguir descalzo, exhausto,  el hedor del éxito, el olor de  la suerte. Subsistir en el vórtice del desconcierto convertido en un ermitaño de ilusiones, desnudo,  auscultando la luna gris garabateando la intemperie. Los ojos obstruidos y el abismo de la mirada indagando la línea del horizonte, que se escapa como un reloj que avanza desbocado. Tal vez ser el problema o sólo parte de la solución. Colegir que la vida algunas veces tiene razón: se derretirán las nieves, alboreará un nuevo día, se encenderán las pupilas apagadas, sanarán los sueños malheridos, regresarán las historias, las leyendas y los cuentos. Volver a ser un gigante. Cuando despierte seguiré allí.
©  Xavier Blanco 2011.



Aquí tenéis el audio por La voz silenciosa...




sábado, 8 de octubre de 2011

186 Las cuatro estaciones.


Entre los diferentes textos que escribí para el  I Certamen de Relato Corto "Los Jardines Secretos", presenté una serie de cuatro relatos denominada "cuatro estaciones": una combinación entre el ciclo de la  naturaleza y los personajes mitológicos de esas tierras de Cantabria, donde están radicados los jardines. Ya conocéis "Otoño", que quedó entre los relatos finalistas, hoy os presento el verano, espero que os guste.


EL VERANO.

Aquí el verano  es tardío, llega sigiloso, prudente.   Los ejércitos de la luz asedian los Jardines, los usurpan. El sol omnipresente se convierte en notario de los días. Su sudor mantiene caliente la noche, noches sutiles colmadas de estrellas. La naturaleza sigue su rumbo; las lilas florecen, el romero asoma  jugueteando con el agapanto. Llora huérfana de flores la glicina. Sobrevuelan zarapitos, mirlos, grullas, y entre ellos mariposea el duende Zahorí, buscador de sueños, cazador de deseos, perseguidor de quimeras. Es tiempo de amores adolescentes, de miradas furtivas, de besos robados, de risas. En verano la belleza es azul, cerúlea, como el mar que bate sus olas, transportando la brisa de la bahía. Tal vez como el cielo, infinito, inmenso, que nos cobija. También la belleza es verde como las hojas de los rosales; la naturaleza no tiene límites; ¿acaso lo tiene el viento, o el mar rompiéndose en espuma, o las flores que mece la brisa? El sol tiñe las hojas de ocre, de rojo, de dorado. Hay días que el verano se disfraza de  entretiempo. Esos días se escuchan los últimos esténtores del estío, sus póstumas bocanadas;  agosta y cae alguna hoja garabateando el camino del otoño.

(*) Dibujo: Duende Zahorí.

EL OTOÑO.

El otoño palpita, el corazón de los Jardines late sincopado. Las acacias pierden sus ropajes, y esa espesura salpica los senderos, tapiza los caminos,  cubriéndolos de nostalgia  y recuerdo.  Algunos árboles se desvisten, se despojan de sus bellas indumentarias y bailan lujuriosos siguiendo los ritmos del viento.  La hojarasca guarnece los atajos de matices y la naturaleza compite en un concurso de tornasoles, de colores imposibles. La bóveda celeste llora y sus lágrimas empapan la tierra. En otoño redoblan las campanas de la melancolía, el Jardín es de los rapsodas, de los peritos en lunas. Brotan los recuerdos y se injertan los olvidos. Resuena el aletear de las hojas aquietadas por el viento. El Arce se tiñe de rojo y las panículas rosas de las Lilas se pavonean, tiñendo la uniformidad de los helechos. En esos días grises, plúmbeos, lluviosos, el agua tenue, imperceptible,  convertida en un suave  calabobos, se alea con el viento, que deviene ráfaga, vendaval, ciclón de fragancias. El mar bate sus olas en los contornos de Pedrosa, bañando su anatomía. En esos días   puedes escuchar los murmullos de la Sirenuca, galanteada por el Hombre Pez, que sigue buscando su camino. A lo lejos asoma el invierno.

(*) Dibujo: El Hombre Pez.

viernes, 7 de octubre de 2011

185 Una visita inesperada.


Este micro lo escribí para el Vendaval de micros 2011, pero no lo envié. Tiene un juego escondido, la última frase pertenece a una de la obras mas importantes de la Literatura Universal: seguro que vosotros sabéis a que libro me refiero... 


No me diga que le explique por qué, ni siquiera cuándo, ni me pida dónde. No pregunte, no hay respuestas. Estoy aquí, eso es lo importante. Es normal que usted tenga miedo, que se sienta extraño. No me mire así: sí, claro que me conoce. Soy sus sueños, sus recuerdos, sus mentiras, sus anhelos. Su pasado. Puede que llegue a ser su futuro. Soy lo mejor de usted, y lo peor también. Ahí, envuelto en su piel, estando sin estar, pasando desapercibido. No se proscriba, no tenga miedo: mi voz es su voz que resuena como un eco, como cantos de sirena. Soy la ira, la envidia, la lujuria, la pereza, la avaricia, sus mentiras. Pero también la ternura, el amor, el deseo, la verdad. Quizás se le ha escapado el tiempo y ya no pueda regresar a la vida.  No me espere, volveré: usted y yo hablaremos. No le quepa duda. Tal vez  las certezas se han caído y han de caer del todo sin duda alguna. Vale.




jueves, 6 de octubre de 2011

184 Relatos en...Cadena SER.


Esta semana participar en el concurso de la Cadena SER tenía un  aliciente especial, ya que la frase de inicio "Son las doce horas, un minuto y quince segundos",  correspondía al micro Principio de incertidumbre,  de mi amigo Odys.2.0, que ganó la última final semanal y la final mensual.




En el momento justo.

_  Son las doce horas, un minuto y quince segundos…

_ Gracias señor.  Me preguntó la hora y desapareció  en el primer portal. Tendría seis años, pelo crespo, mirada ávida y  mucha prisa. Seguí mi caminar. Escuché un grito, un desagarro. Me giré y lo vi caer desde el balcón, quedó allí tendido, extinto. Su cuerpo eviscerado, descoyuntado, naufragando en un océano de sangre. Un remolino de  personas cercó el cadáver, entre ellos dos chiquillos, el más alto sollozaba.

_ Hola señor. Éste que llora es mi hermano mayor, siempre llega a casa a las doce horas y cinco minutos. Esbozó una leve sonrisa.

_ El hámster era suyo.

©  Xavier Blanco 2011.

La frase de  inicio para la próxima semana es " No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento...". 

martes, 4 de octubre de 2011

183 Habitación nº 15.

"A veces, algunas veces, la realidad y la ficción se fusionan, y ya no sabes si eres el autor o simplemente un personaje mas de este cuento que es la vida..."

No hay peor ruido que el golpeteo desatado por el silencio de un hospital. Esa mudez corroe, maltrata, desmigaja el alma. No hay noches más lúgubres que las alumbradas por la luz mortecina que reflejan esos pasillos alcanforados, raídos de sueños, forrados de congojas. No hay espacio más eterno que las horas ahí agotadas. Los minutos reptan, culebrean por la mente, se arrastran como sombras apesadumbrando las manecillas del reloj. El tiempo, implacable, en esta habitación de hospital no pasa, permanece, acampa, te araña, te lastra, te maltrata como si fuera un gigante desatado, pisoteando esos pasadizos saturados de padecimiento y esperanza. Clarea la noche; el cuerpo duele, cansa. Ovillado por los hilos de la redundancia y de la repetición me percibo tatuado en la cama: ella y yo somos la misma cosa, el mismo mueble. Intento caminar, desperezarme peregrinando por esos túneles coloreados de blanco nada, tirito auscultando esa afonía pálida, alicaída, ingrávida - acuchillada algunas veces por el lloro de un niño, tiroteada otras por los gemidos de un anciano-. Siento un vacío infinito. Me estremezco. Transito serpenteando por este mar de silencio, como un autómata sonámbulo intentando consumir los segundos, extinguirlos, anhelando acelerar el tiempo. Me descubro ratón diminuto enjaulado en un laboratorio, haciendo girar la noria infinita de la fatalidad. Respiro hondo. ¿Qué nos queda? Encomendarnos a Dios, también al diablo. Sólo es un juego, el de la vida: azar, destino, razón, ciencia, suerte.
©  Xavier Blanco 2011.
Aquí tenéis el audio por La voz silenciosa...



lunes, 3 de octubre de 2011

182 Amores de verano...en la radio

Los amigos de "La Esfera Cultural" me publicaron este micro en su página. La Voz Silenciosa le puso voz, me cuesta acostumbrarme a sentir mis relatos, es como si cobraran vida...espero que os guste.


Aquí podéis leer el micro " Amores de Verano".

Aquí lo podéis escuchar...

sábado, 1 de octubre de 2011

181 El Caleidoscopio en Verano...






Empecé el verano congelando el tiempo, guardando la prisa, escondiendo la rutina...y sin tiempo, sin prisa y sin rutina la musa campó a sus anchas y se hizo dueña y señora de mis tuberías, los del verano han sido  meses muy prolíficos... Aquí os dejo todos los microrrelatos que han visto la luz en los meses de Agosto y Septiembre. Escribí algunos mas, pero como la hormiga, los guardé para el otoño, quizás para el invierno.  Hace días que han vuelto las prisas,  la rutina y el tiempo...la musa anda cansina, gris, cenicienta.
Para los que estabais de vacaciones, para los que os faltó tiempo para leerlo todo, para los que sois nuevos por estas páginas, por si alguno quiere repetir...os dejo los enlaces de los
micros de estos últimos dos meses:


Agosto 2011______________
117 Merecidas Vacaciones 
(I Premio Concurso Relatos de Verano "La Esfera Cultural").
124 El Osito.
127 Un Elefante (Publicado en Químicamente Impuro).
129 Cataclismo (Publicado en la Esfera Cultural).
131 La abuela cumple cien años (Finalista Concurso relatos de abogados Julio 2011).
137 Amores de Verano (Publicado en La Esfera Cultural).
139 Era su micro número cien (Publicado en Europalabra).
145 Gritos.
149 Las carreteras de la vida (Publicado en EUROPALABRA).
150 La muerte no tiene vacaciones (en tres Actos)(Publicado en La Esfera Cultural)

Septiembre 2011.___________________________________________
151 Poca cosa.
153 Ayudando a papá.
157 Mal Camino (Publicado en Químicamente impuro).
158 Partido en dos (Publicado en Breves no tan Breves).
160 Roma (Publicado en EUROPALABRA).
161 Frío Verano. (Publicado en La Esfera Cultural).
162 El Jardín Secreto 
(Mención especial I Certamen de Relato Corto "Los Jardines Secretos")
163 Yo sólo la vi caer.
165 Entre los ojos (REC).
167 Caprichoso destino.
169 Noche Oscura (REC).
172 Aguardando (Publicado en La Esfera cultural).
173 Sueños rotos (REC).
180 Cocinando en familia.

Y algunas cosas mas...
I Certamen de relato corto "Jardines Secretos". 
(4 relatos finalistas y una mención especial del jurado).
RAFAGAS 
(15 Nanorrelatos de 140 caracteres, dos de ellos publicados en EL PAÍS SEMANAL)