|La abuela|
La abuela vive en el
ático de un edificio alto y viejo. El portero es un anciano simpático, ataviado
con un traje de húsar y una chistera roja
en la cabeza.
Cuando voy a visitarla no puedo
pararme en ningún piso. “Directo al ático”, dice siempre la abuela. Yo le hago
caso, pero algunos días el ascensor se detiene y abre sus puertas. Hoy se ha
parado tres veces. En el primer piso sentí el azuzar de un látigo sobre
la moqueta gastada, luego apareció un león decrépito que recorría
inquieto el pasillo. En el segundo era de noche y un conejo blanco cojeaba,
perseguido por un redoble de tambores; el mago permanecía inmóvil sobre su
silla de ruedas. En el tercer piso los payasos, cercados por una
pléyade de viejas equilibristas, lloraban.
El ático tiene una terraza y
sobre las cuerdas de tender se bambolea una carpa de colores. La abuela
me hace palomitas y siempre me explica historias de cuando ella era trapecista
-“la más famosa”, me repite como si mañana partiera de gira hacia las capitales
más importantes del mundo-. Yo le digo: "cuéntame, abuela", y ella se
pone su maillot blanco. Luego se aprieta el moño, entalca sus manos y vuela sobre las azoteas.
© Xavier Blanco 2013
Con este texto la serie "Sueños de Circo" llega a 23 relatos. Los podéis encontrar, todos juntos, bajo la misma carpa. Aquí los podéis leer todos.
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Este es el micro que leí en la III Microquedada relatista. El micro tuneado le tocó a Ana Crespo Tudela (de ella son las fotos). Gracias Ana, espero que te haya gustado.