martes, 4 de noviembre de 2014

345 Quietud

A Miguelágel Flores

Lo normal es que las visitas pasen de largo. Que, alguna vez, una criatura  se detenga, lo mire confundido y, a hurtadillas, le roce un brazo. Lo normal, es que intente esbozar, sin éxito, una sonrisa.  Que pase los días sentado en su silla de ruedas, con la vista perdida, sin recuerdos, como si nunca hubiera existido. Lo normal, es que el aire que ventea el patio del geriátrico  mueva esa hilacha que cuelga de su pernera. Que el viejo sueñe con arrancarla; con doblar su cuerpo enjuto, aun sabiendo que es un imposible. 

©  Xavier Blanco 2014