Cada día salen alegres
de la chistera: aletea la paloma, corretea el conejo. Salta, entre los taburetes,
el elefante; camina, a dos patas, el caballo. Ellos lo saben, ya no hay magia, ni
siquiera brujería. Algunos se preguntan por qué no emprenden el vuelo, por qué
no se escapan.
Ya es tarde, como si supieran hacer otra cosa. Se lamentan de no conocer
mas oficio que el escenario. Lagrimean por sentirse perdidos fuera de la
jaula, por no saber transitar entre la muchedumbre. Les embarga el miedo a
perder su vista en la lejanía. El oso interpreta al mago, el tigre se
balancea en el trapecio, el perro azuza el látigo, la foca vende palomitas.
Desde la grada, confundido entre el público, el chimpancé aplaude.
____________________________
Con este texto la serie "Sueños de Circo" llega a 19 relatos. Los podéis encontrar, todos juntos, bajo la misma carpa. Aquí los podéis leer todos.
____________________________
Con este texto la serie "Sueños de Circo" llega a 19 relatos. Los podéis encontrar, todos juntos, bajo la misma carpa. Aquí los podéis leer todos.
Me encantan estos sueños de circo. Entre las gradas hay una rana que no quiere ser príncipe y que sueña con que estos sueños lleguen al papel
ResponderEliminarsaludillos
No cabe duda de que estás creando un mundo propio, Don Xavier. Una serie de micros marcados por tu registro literario, en el que la narración siempre está en el límite de la prosa y la poesía.
ResponderEliminarExcelente. Será el primer libro sobre el circo que me compre. Puede Ud. estar seguro. Tanto como lo estoy yo de que acabará publicándolo.
Un abrazo admirado.
Excelente, Xavier! Estoy al lado del mono, aplaudiendo. Hoy que estoy con más tiempo he descubierto la carpa donde se agrupa esta magnífica serie.
ResponderEliminar¿Saldrá en papel?
Justo en estos momentos me encuentro leyendo Fenómenos de circo de Ana María Shua. Una coincidencia maravillosa.
Saludos admirados, Xavier
me sabe a poco, Xavi, creo que tienes margen para jugar un poco más con esa idea hasta sacarla a flote completa... ¡¡¡es magnífica!!! animales convertidos en monstruos por alcanzar la normalidad humana¡¡¡¡ es brillante, yo me quedé con ganas de un poquito más, que eso siempre es bueno por otra parte... Abraaaaaazo.
ResponderEliminarQué gran escenario del miedo a volar. Utilizas de nuevo un mundo circense decadente y surrealista, desdibujado, y vuelves a crear un paisaje lleno de seres, pero desolador. Me gusta mucho esta serie, que me deja serio.
ResponderEliminarAbrazos, Company.
Tus entradas de circo son como la vida misma, y en especial esta : una gran mentira. Los monos aplauden mientras un gran elefante salta entre los taburetes, silenciosos, estáticos, amedrentados por el peso de quien los sortea y muchas veces los pisa. Nuestros osos interpretan papeles mágicos que nunca debieran interpretar, si lo único que saben hacer es dormitar muchos meses en su osera. Puede que sin sus soluciones mágicas, banales, facilonas y carentes de inteligencia ...fuéramos más felices. Sólo puede.
ResponderEliminarHoy no aplaudo desde la grada. Me siento insensible como uno de los taburetes de tu circo.
Pero te guiño un ojo, o una pata, porque sabes construir metáforas con buenos condimentos narrativos.
Un abrazo Xabier.
Cada día algunos actuantes frente al espejo se maquillan, del personaje que conviene a la función a representar y piensan que eso es suficiente para convencer y ser querido.
ResponderEliminarLuego el maquillaje se va degradando y aparecen las insuficiencias, su naturaleza de lo posible, que por más que se disfrace, muestra su verdadera identidad.
Yo me siento como el chimpancé, pero sin ganas de aplaudir ante la mentira. Un abrazo.
ResponderEliminarDifícil contemplar con indiferencia o aplaudir unos actos tan humanos...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Me uniré a un chimpancé para aplaudir la serie de relatos circenses.
ResponderEliminarUn ramillete de pequeñas maravillas.
Un saludo
Para mí que te refieres al circo de la vida. Estamos atrapados en una pista de la que es difícil salir. Me quedo con ese miedo a la lejanía, no saber mirar más lejos que el día a día y estar dentro de la jaula como espacio de confort. O no, qué se yo.
ResponderEliminarY sí, a veces somos animalitos de costumbre, nos aterra la lejanía aunque una voz interior clame por ir hacia allá.
ResponderEliminarHermoso micro, Xavier.
Un abrazo!
¿Qué mono?
ResponderEliminarLa Boca del Ello
A veces es bueno vivir con esas mentiras que hacen del mundo un lugar magico. estamos en la era donde todo se quiere explicar. Y ahí muere la magia.
ResponderEliminar¿Porque hablamos de los animales del circo verdad?. Me encantó.
ResponderEliminar