|Quieren prohibir el viento|
Dicen que
se acaba el mundo mañana, que amanecerá un silencio sordo. Entonces ya no vale
la pena apresurarse, resoplar fuerte o llorar como un niño; puede que incluso
podamos prescindir de la vida, que ya no exista el tiempo, que solo seamos
siluetas de un futuro envejecido. Y ahora, cuando todo concluye, sigo aquí
sentado arrullando sueños, escupiendo palabras como una cobaya encerrada
en un círculo perfecto. Se acaba el mundo dicen, mañana, quizás hoy, pero nadie
puede huir ni siquiera de su sombra.
Chocan
las aguas del ayer, colisionan los recuerdos y se fragmentan en mil esquirlas
de memoria. Imploro que se detengan los relojes, que el espacio devenga
conjunto vacío. Cierro los ojos, pero hoy todo se repite: el cielo, el mar que
bate, el viento que garabatea sobre las piedras. Quieren prohibir el viento,
ese que acuna tu ausencia. Bailan las peonzas, sollozan las muñecas, galopan
los caballos de madera. No somos nada, tal vez rocas estériles en un mar de
arena.
Perdido
en el eco de una onomatopeya miro a mi alrededor, pero todo está lleno de
seres imprecisos, de cuerpos oxidados perdidos en un mundo de infinitos.
Esta noche pienso escribir una sonata en el pentagrama de la vida, componer una
melodía sobre el quicio intangible de la espesura. Dicen que se acaba el mundo,
que quieren prohibir el viento, ese que llora tu recuerdo. No claudico, decido
quedarme aquí, detrás de la cordura, lejos del ser y de la nada: aunque la vida
esté en penumbra, el sol amanece todos los días, todas las mañanas. Permanezco,
por si volvieras.
© Xavier Blanco 2012
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Puede que este sea mi último texto. Por ello me he permitido regresar a mis orígenes, a una prosa mas poética, a una cadencia diferente, pero hoy todo vale. Quizás ni siquiera podáis leerlo, o comentarlo.
Pero siendo el último, y como nos dijo Acuática: No hay temática concreta ni extensión determinada para el texto, ya que se acaba el mundo, que cada uno haga lo que quiera. Gracias por esta iniciativa. Quizás no exista mañana.
Muy bueno, Xavier, te has soltado el celo, te has quitado esas puñeteras redecillas y horquillas que nos ponemos con el tema de los concursos por palabras. Al ser tan poético y lírico poco puedo decirte, salvo que eres muy ocurrente.
ResponderEliminarFuaaa! Tremendo. Tan lírico que si se humedecen los ojos no voy a poder seguir leyendo el blog roll con los CADFDM. Me llevo el segundo párrafo que eds una loyita.
ResponderEliminarSaludos van, Xavier
Xavier, un relato con mucho ritmo y estudiada prosa poética, con el que uno es fácil mecerse y bailar. Todos los días sale el sol y espero que por muchos siglos aún.
ResponderEliminarFelices fiestas, un abrazo.
Hola Xavi. Te ha salido una entrada muy poética para acompañar el fin de todo. Me has recordado, por la sensación que he tenido, a aquellos músicos que seguían tocando en la cubierta del Titanic mientras zozobraba.
ResponderEliminarMe ha encantado la frase: Dicen que se acaba el mundo, que quieren prohibir el viento.
Un abrazo mientras escucho cómo el mundo sigue girando.
A mí, Fernando, me ha encantado eso de: "Un abrazo mientras escucho cómo el mundo sigue girando". Hasta en los comentarios se encuentra uno con la belleza. Gracias por eso.
EliminarUn beso.
Cuando a uno le entra ese vértigo que le hace creer que
ResponderEliminarya se han acabado las combinaciones perfectas de palabras, reconforta comprobar que sólo se habían escondido y que hay
alguien que ha sabido encontrarlas. Y que aún existen.
Igual sí se acaba el mundo, porque este texto es muy distinto a tu estilo habitual (o yo lo veo bastante diferente). Ahora, es estupendo y muy lírico.
ResponderEliminar¡Qué belleza de orígenes, Xavier! ¡Y qué bien que combinan con tu imaginación!
ResponderEliminarMe encanta mucho la prosa poética, y más si viene de vos. Ya me tenés acostumbrada a tus preciosas imágenes, aunque no abunden tanto en la actualidad.
Me encantaron, además, los comentarios de Fernando y Nieves.
Coincido totalmente con ellos.
Te agradezco por volver al principio y regalarnos esta belleza antes de que todo acabe. Por cierto, te ves muy bien en este traje de metáforas. Pero muy bien.
Un abrazo, y felices fiestas.
¡Qué no me prohíban leerte, por favor!
ResponderEliminarRecuerdo el estribillo de una canción que estaba de moda cuando yo era niña y que decía "Aunque no lo veamos, el sol siempre está, siempre está". Hay que saber apartar las penumbras.
Hermoso texto, Xavier.
Un beso.
Qué hermoso Xavier, qué hermoso!!!
ResponderEliminarTienes un manejo del lenguaje envidiable, me quedo con todo el relato y con esa luz al final.
Besos de fin desde el aire y ¡Felices Fiestas!
Uy Xavier, me encantò cuando lo leí la noche del 20, pero no pude comentar, no me daba tiempo... Y ahora que lo releo, me sigue pareciendo magnífico, esa forma tan lírica de expresarte me encanta, para mí es una debilidad, y ya que el mundo se acababa uno tenía que expresar como le apeteciera. No permitamos que nos prohíban nada, y desde luego no perdamos la esperanza, ese final, es genial.
ResponderEliminarBesos y felices fiestas.
Y va el mundo y no se acaba, y aquí nos quedamos, este ejercito de locos, gestionando trocitos de esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo Xavier. Un relato conmovedor.
Uy, qué bonito te ha quedado. Me quedo con este "verso": "Quieren prohibir el viento, ese que acuna tu ausencia". Precioso.
ResponderEliminar¡Gracias por haber participado! :)
¡Precioso!¡Qué bonito es y qué bien suena!
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho. El lirismo del texto, ese final esperanzador "por si volvieras" y esa sucesión de imágenes que dejas en la cabeza comenzando por ese título tan evocador.
ResponderEliminarsaludillos y los mejores deseos para el 2013