|El accidente|
El niño había
ensayado, sin descanso, su papel en la obra. Una tarde tras otra, frente al espejo, había memorizado cada una
de las palabras, cada uno de los gestos. También las risas. Ahora imaginen el
estreno: la platea está llena de padres y madres arrellanados en el terciopelo
rojo de los sillones; se abre el telón, un haz de luz ilumina el escenario,
pero no hay aplausos, ni discursos de bienvenida. Todo es penumbra. Tañen las
cuerdas de un violín que solloza incansable. Y después nada. Sólo un silencio
gastado y ese maldito foco alumbrando una corona de flores.
© Xavier Blanco 2013
¡Jo! Me lo imagino, Xavier, y se me ha puesto la carne de gallina. Tremendo. Qué imagen tan dolorosa has creado con una mínima descripción.
ResponderEliminarUn abrazo (ya me has dejado plof).
Amparo
Estoy con Petra, carne de gallina. Y ya si vienes de casa de Juanlu como yo venía.... para cortarse las venas o al menos llorar un largo rato.
ResponderEliminarMe voy corriendo a... no sé.
Tremendo, Xavier; un micro que se enquista en el lector y le hace sufrir.
ResponderEliminarDisfruto cuando me acerco a leerte. Eres una garantía. Díselo de mi parte a las musas.
Un abrazo.
Gore total. Jebi jebi jebi. Tómate un chupito de mi parte, anda. (y eso que no suelo fijarme en las historias, sino en el "cómo", pero éste es tan potente que el fondo lo tiñe todo con una fuerza inusual. Bueno..... eso también es un buen recurso literario. Parece decimonónico, Edgarallanpoetiano, el romántico al borde del precipicio que aparecía en los libros de texto
ResponderEliminarQué duro, Xavier. Tanto que no me lo quiero imaginar, aunque el cuento lo proponga.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tremendo. Un mar de miedos a venido a mojarme los ojos.
ResponderEliminarQué duro es.
Un beso
"maldito foco"... "silencio gastado"..... son los focos que , como en una buena fotografía, contribuyen a crear el ambiente determinado que uno persigue. Si llegas a poner otra cosa, el efecto varía. Eso es escribir. y tú lo haces ( y sabes cómo hacerlo)
ResponderEliminar¡Que triste relato Xavier!, pero tan bien narrado que la tristeza se atenua un poco, aunque no mucho.
ResponderEliminarUn saludo.
Uf Xavier me quedé sin palabras ¿es lo que imagino?
ResponderEliminarEn fin, desde luego no te deja impasible. Un abrazo.
Ese foco, como un fogonazo, que de pronto ilumina todo el relato y le da sentido a todo, es magnifico.
ResponderEliminarBravo Xavier, un abrazo.
Como dice Pedro leerte es una garantía sienpre.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
me encanta leerte cuando te pones estupendo¡¡¡ los proyectos y las realidades no suelen tener el mismo aspecto, a veces son hasta contrarios... qué te voy a contar... Se te echa de menos...
ResponderEliminarRealmente escalofriante.
ResponderEliminarBrutal. Pero sin sobrarle una sola letra.
ResponderEliminarAunque el final me queda claro y por supuesto inquietante, el nudo me resulta más atractivo, me ofrece distintas posibilidades y me hace pensar y repensar y leer y releer. Como siempre, sin resquicios. Un abrazo.
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