|El parque|
Primero llegaron los camiones, luego las grúas. El baile de cinchas y engranajes se incorporó a nuestra rutina. Estábamos demasiado ocupados organizando la cotidianeidad: la comida, la limpieza, los turnos... Los ancianos atendían a los niños, mientras el resto se dedicaba a rebuscar entre las basuras.
Hace días que las grúas desaparecieron y, ahora, los bloques de hormigón apenas nos permiten otear el cielo. Las criaturas se distraen garabateando en el muro. Los adultos deambulan bajo la sombra de los helicópteros. Los viejos lloran, como si no pudieran dejar de hacerlo.
Nadie puede entrar. Nadie puede salir. Solo esperamos. Algunos dicen que nos van a matar: a cientos, a miles, a todos.
© Xavier Blanco 2013
_____________
Cada día hay mas gente que se queda sin trabajo, sin casa, sin dignidad. Cada día hay mas gente que no tiene nada que comer, nada que reír. Cada día hay mas gente que duerme en un banco, en la calle, en el parque. Cada día las vallas son mas grandes, las empalizadas mas fuertes. Cada día los muros que separan a los que mas tienen de los que no tienen nada son mas altos, inabarcables. . Cada día hay mas razones para seguir luchando por una sociedad mas justa, mas igualitaria. Diferente a esta en la que nos ha tocado vivir.
_____________________________________________________
Esta es mi aportación en la II Primavera de Microrrelatos Indignados organizada por :
Miguel Torija La colina naranja
Rosana Alonso Explorando en Lilliput
Ana Vidal Realtos de andar por casa
Angustioso, desesperante como la realidad de muchos. Tendré que esperar unas horas antes de seguir leyendo otros textos de la PMI... Dominique
ResponderEliminarMuy bien, Xavier. Me quedo con dos: " Los adultos deambulan bajo la sombra de los helicópteros" y " Solo esperamos". Tenemos tanto miedo que solo esperamos. Nos vemos en las alambradas.
ResponderEliminarMadre mía, qué forma de dibujar la angustia y tatuármela en ese vaivén del pequeño párrafo, sin que pueda remediarlo... mi enhorabuena.
ResponderEliminarVaya micros que estoy leyendo en esta primera jornada, vaya tela!
Felicidades de nuevo. No he podido evitar decirlo otra vez.
ResponderEliminarLa rutina se va convirtiendo en nuestra propia piel. Y la rutina no lucha, espera. Da escalofríos pensar a lo que puede acostumbrarse un ser humano. Un gran relato Xavier, enhorabuena.
ResponderEliminarNo nos van a matar, mancharse de sangre??? no
ResponderEliminarpero: contratar matones, hacer que la gente se suicide, se muera de hambre,.. sí, eso sí, porque NO son asesinos, eso es lo único que no son
Xavier, angustioso relato que bien podría ser una crónica de lo que ha sucedido en esas megaurbes planeadas en una maqueta que luego se quedaron en nada.
ResponderEliminar¡Qué país, oye!
Un abrazo.
Jope, Xavier. Me has dejado encgogidita... y es que es tan verdad... nos están matando de a poquitos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Es apocalíptico, ¡madre mía! Vaya parque que nos pintas...Yo que ya voy siendo mayor, miedo me da. Las grúas y los helicopteros dan sonido a tus palabras.
ResponderEliminarMuy, muy bueno
Besicos, amigo desde mi alambrada.
Contundente.
ResponderEliminarSaludos.
ME HAS DEJADO DE PIEDRA, casi tan blanca como esos bloques. Sí, es cierto que nos están matando a poquitos, y lloraremos, vaya que sí
ResponderEliminarUn beso grande.
¡Soberbio, Xavier! ¡Qué bien logrado ese paralelismo entre la crisis que nos afecta y los campos de exterminio!
ResponderEliminarUn micro en el que -además de tocar nuestras conciencias y elevar la voz denunciando la injusticia- demuestras tu virtuosismo a la hora de generar una gran intensidad de efecto.
Mi admiración declarada, Sr. Blanco.
Un abrazo,
Me has dejado angustiada, Xavier, con este micro tan contundente. Así es, estamos tan acobardados que solo sabemos esperar.
ResponderEliminarMuy, muy bueno.
Besitos
Terrible realidad la que presentas. Tenemos que seguir alzando nuestras palabras para evitar que se convierta en real.
ResponderEliminarTerrible realidad. Hay que seguir alzando la voz para evitar que se cumpla. Un abrazo. Gloria Arcos
ResponderEliminarUn micro que te va encerrando tras ese maldito muro.
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Una muestra mas de tu habilidad con las palabras, la fuerza de este micro es arrolladora.
ResponderEliminarVoy a tomar aliento, a ver si me recupero del impacto.
Soberbio.
Un zarpazo tremendo en el corazón de muchos y en la conciencia de unos pocos. Nada más y nada menos.
ResponderEliminarUn abrazo
Este micro pasa como una apisonadora y arrasa, como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminar