lunes, 14 de marzo de 2011

49 Llueve.



El cielo se ha resquebrajado: el diluvio universal. Voy tarde. La calle es mía. No hay nadie; soy el único ser en este río adoquinado.  Me empapo; empiezo a sentirme como una sirena, lo abomino. Mi cabello llora, mis pestañas destilan. Veo mi reflejo en un escaparate: un paquidermo camino del Arca. El asfalto se desborda. Hay vida: observo una mujer  morena, lleva un paraguas. Me gusta. Puede que cambie mi suerte. Llueve. Muda de aires. Nado. Necesito una escafandra.   

© Xavier Blanco 2011.

Este microrrelato no es ficción. Hoy llueve en Barcelona, mucho, demasiado. No es un relato, es una foto, la mía.

2 comentarios:

  1. No llueve compañero, el mundo llora porque el ser humano insiste en no escuchar su voz, y una vez más a de utilizar la unica voz que el ser humano en su constante inconsciéncia sabe escuchar, la muerte y la destrucción, unico razonamiento valido para este virus que infecta este impecable ( e implacable ) mundo.
    Pero "grandes personajes de la historia universal" ya dejaron claro sus sesudas interpretaciones de las problematicas de nuestro mundo, "mi primo dice que no existe el cambio climatico", que tranquilos veo a los japoneses despues de estas sabias palabras.

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  2. Anónimo, el sarcasmo es una buena herramienta contra el desánimo!

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