|Oficina de
Objetos Perdidos|
Visité cuartos y pasillos atestados de
objetos inverosímiles pero no apareció mi paraguas. Esa fue la primera vez que
la vi. Volví al día siguiente. Pregunté al encargado por el niño. Me explicó
que lo olvidaron en un parque pero que ninguna persona se había interesado
nunca por él. Me propuso que, si quería, me lo podía llevar. Que si él me
contara. Que esas cosas pasan. Que yo parecía buena persona. Marché sin verla. A
la semana regresé. Me enseñó una sala repleta de botes de cristal. Abrió uno y
se escaparon tres estrellas. Me reveló algunos secretos: que la gente pierde
los sueños en cualquier sitio, que luego ellos los recogen y los guardan en
esos frascos. Pero nadie viene a buscarlos. Me volvió a ofrecer al pequeño.
Ayer me decidí –no es fácil vivir solo-. Llené la bañera de agua y me puse la
corbata. Me entregó al chaval y, cabizbajo, inicié mi marcha. Antes de cruzar
el umbral sentí su voz cómplice: “te la puedes llevar, ni siquiera recuerdo
desde cuando está aquí”. Llegué a pensar que nunca me lo diría.
Ahora los tres somos felices, una
verdadera familia: el niño, la sirena y yo.
© Xavier Blanco 2012.
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Esta es mi participación mensual en ...
esta noche te cuento.
(6/11/2012): Acabó el mes y este relato ha sido elegido entre los ganadores de Octubre. Aquí tenéis el fallo del jurado. Comparto podium con Mònica Sampere y entre los finalistas podéis encontrar los relatos de otros dos buenos amigos: Fernando Martínez y Mar Horno.