lunes, 30 de abril de 2012

256. Caminos de exilio.




Avanza la muchedumbre ordenada, silenciosa y, en su devenir, dibuja el cono de un embudo sobre la tierra yerma. Incansable, sigue su periplo, transita por los caminos de la derrota bajo un cielo cubierto de nubes de chatarra. Llueve, aunque nada es real - ni siquiera imaginario -. Todos saben que lo fingido es demasiado frágil, pero nadie habla con nadie, abandonaron el lenguaje y esa mudez levanta entre ellos  una muralla de desconfianza. El tiempo es inclemente; sólo queda caminar. Algunos distinguen la puerta en la lejanía, no hay mas estímulo que ese. Maleados por el barro avanzan y la imagen se fragmenta, se rompe en mil retazos de memoria. La intemperie ahoga. Las nubes hechas girones descargan un óxido macilento. Precipitan los recuerdos. La fila avanza: un ser y después otro en un movimiento sincopado, sin contacto, sin miradas, sin palabras. Arrecia la ventisca. Se auscultan los versos  de un poeta loco. La fila se aquieta aturdida, todos giran sus cabezas como un ejército de marionetas. El hombre cae exhausto y perece diluido en el fango. Luego las palabras expiran y la lluvia llora en sus ojos. Al final una puerta y, tras ella, el acantilado.

©  Xavier Blanco 2012.

Desde el Blog esta noche te cuento, para este mes de abril que hoy se extingue, nos propusieron escribir un relato que tuviera “... lo trajo la lluvia...” como elemento conductor. Este texto que habéis leído es uno de los que escribí, pero no envié. El otro, titulado “Francotiradores” es el que participa en el Concurso: 2º certamen internacional de relato corto...para mesilla de noche. Si os apetece lo podéis leer aquí:


lunes, 23 de abril de 2012

255. Información básica para huéspedes.


Querido visitante:

Es nuestra obligación revelarte algunas historias sobre el bosque; indicarte que tal vez auscultes ecos melodiosos; incluso es posible que te susurren las margaritas.  Escucharás cuentos fantásticos, leyendas sobre apariciones. Otearás nubes de unicornios alados que sobrevuelan fantasías. Algunas noches  se percibe el canto de una sirena. Nada debe preocuparte. Podrás engalanarte con el traje nuevo del Emperador; conversar con Caperucita cogiendo moras en un recodo del camino. Dicen que por ahí vaga el espectro de la bruja y el alma de Campanilla. Algunas tardes Hansel y Gretel regalan golosinas al final del sendero. En otoño llueven palomitas y pompas de jabón. Los más afortunados cuentan exaltados que reconocieron a Alicia corriendo detrás del conejo, y a la cigarra, amenizando una procesión de hormigas. Explican que la liebre venció a la tortuga y que la Bella durmiente sigue adormecida bajo la espesura. Si interrogas a un roble, te expresará que Pulgarcito abandonó a sus hermanos, que el lobo se merendó a las siete cabritillas,  y que los enanitos delataron a Blancanieves. Piérdete por el bosque como lo hacen los sueños en primavera. No preguntes. Aquí las cosas siempre pueden ser diferentes, de otra manera.

Feliz estancia.

©  Xavier Blanco 2012.


Este micro quedó finalista en el Concurso de Microrrelatos "Esta noche te cuento" .  El jurado seleccionó, entre los mas de 700 textos presentados, 36 finalistas para ser publicados en un libro que se entregará a los huespedes de los dos alojamientos rurales convocantes del concurso. Compartiré publicación con  dos grandes amigas: Mar Horno y Sara Lew.

lunes, 16 de abril de 2012

254 Aromas de Circo.



Los amigos de La Esfera Cultural nos propusieron hacer un relato corto. El tema prometía "Con un par de narices". Intenté hilvanar Circo y nariz...y salió esto. En la página de La Esfera Cultural  podéis leer el texto, sólo tenéis que picar aquí..  Podéis dejar un comentario allí o aquí.




Donde viven los pobres nunca llega el Circo. Ahí, en el arrabal, no hay magia, ni  siquiera llueven golosinas.  Hoy todo está agitado, la desmesura se huele en el ambiente: los niños descalzos, huérfanos de alegrías, corren hacia la quebrada; los  mayores acarrean sus sillas de tijera, desvencijadas. Hay nervios. La muchedumbre se sienta solícita  y espera -donde viven los pobres siempre esperan-. Otean el horizonte, todos están pendientes del viento: sopla, ruge, brama. A lomos de la ventisca llega el Circo, nadie lo ha visto, pero todos perciben sus fragancias. El suburbio se impregna de nuevos olores. Cierran sus ojos y olfatean.  Sobrevuelan vahos  de júbilo. Emanan fantasías. Se perciben los efluvios de la carpa, construida con aromas de mantequilla, bálsamos de menta y esencias de caramelo. Sienten husmear las trompas de los elefantes y el silbido de los cuchillos que lanza el oso hormiguero. Los niños huelen las risas de los payasos. Dicen que este año actúa Pinocho, la mofeta malabarista y el topo de nariz estrellada. Dicen tantas cosas.  Cuando se aquieta el viento se disipan los  vapores, huyen las fragancias, desertan los aromas. Se acabó el espectáculo, pero nadie aplaude. Regresan. Adultos y pequeños, hombres y mujeres, en una fila ordenada, infinita, arrastran sus sillas, tornan a sus quehaceres: zanqueros de esperanzas, contorsionistas  de utopías, domadores de problemas, sólo saltimbanquis de la vida. Se esfuman los aromas del Circo, pero permanece el olor fétido de  la miseria, el tufo del hambre  y el hedor de la muerte, también llamada  “la Chata”. Algunas veces, cuando ya no queda nada, sopla el viento. La fila avanza desde la lejanía, se huele en el ambiente. Donde viven los pobres nunca llega el Circo. 



©  Xavier Blanco 2012.



La SERIE "El Circo" ha llegado a su micro nº:14


viernes, 13 de abril de 2012

253 Donde anidan los sueños.


El Microrrelatista


Hace algunos meses que los amigos de El Microrrelatista me invitaron a participar en su página. Hoy podéis leer allí mi texto "Donde anidan los sueños". 


Este texto ha sido seleccionado para formar parte del Libro "Conseguir los sueños" de la Editorial Hipalage, entre los textos presentados  al II Premio de Microrrelatos Temáticos convocado por la Editorial Hipálage ,  si tenéis ganas y tiempo... ya me diréis.

Podéis leer el texto "Donde anidan los sueños " aquí.

lunes, 9 de abril de 2012

252 Nada es Circo.



Dicen que llegó el Circo. Todos esperan  ansiosos sentados al borde del acantilado: nadie sabe cuándo lo hizo, nadie sabe cómo.    No hay carteles, ni fanfarria, ni siquiera estridente megafonía. No avisaron, no lo publicitaron. En la lejanía deambulan las risas de los payasos, huyen los látigos perseguidos por el espectro  de los leones, se  percibe el chirriar de los trapecios.  Sobrevuelan las jaulas buscando a sus moradores. La sombra de la carpa, suspendida en el vacío, permanece inmóvil, hermética, sin puertas ni ventanas  por donde penetre el aire.  No se escuchan los gritos de asombro, ni las risas, ni siquiera el aplauso enfervorecido del público. Todo es nada, sólo etéreas evidencias.

Nadie escuchó la música. Nunca se encendieron las bombillas. Permanecen desocupadas las jaulas. Huyeron las sombras. Los conejos corren detrás de las chisteras. Planean los trapecios. Aletean solícitos los látigos. Ruge el viento y llueven cuchillos de soledades.  ¿Dónde está el Circo? Nunca llegó, no permaneció, se ha ido.  No queda nada, sólo el cero de los matemáticos, el vacío de los filósofos, el infinito oscuro de los astrónomos. No hay respuestas. La nada es una ficción; nadie puede pensar lo que no es, lo que no existe. Tal vez  esto es una entelequia, quizás una invención, puede que sólo sea apariencia.

Por si alguien me pregunta, yo quiero dejar constancia escrita de mi respuesta -son diez palabras insignificantes, muy poco para un mundo saturado de complejidades-: yo sólo deseo que haya algo en vez de nada.  Los demás siguen pensando que ahí, en el vacío, hay un Circo. ¿La verdad? Nadie sabe nada de nadie.

jueves, 5 de abril de 2012

251 Microrrelato indignado.





Este texto responde a una propuesta que podéis encontrar en el Blog de Rosana Alonso. Aquí tenéis toda la información.



Mundos paralelos.

Llueve. Las sirenas de los coches policiales arañan la noche. Revolotean los helicópteros. Se escuchan los gritos de los soldados y el chasquido indiscriminado de los percutores. Han salido: hay niños mugrientos rebuscando entre los desperdicios; mujeres de tez blanquinosa,  vestidas con harapos, que zigzaguean por las calles; brazos y manos que piden auxilio desde  las alcantarillas. Se acercan torpes. Penetran sus sombras  entre las oquedades del cortinaje. Los vemos desde la ventana. Nos  miran  con sus caras ovaladas y sus ojos desabrigados de esperanza. Afuera arde la miseria, el aire es denso, asfixiante. Llueven cenizas, huele a desesperación. El polvo penetra por las rendijas, nos atenaza la garganta. El mundo huye  sonámbulo como un avión de papel. Nos miran, vemos sus uñas de grafito desgarrando la espesura. Encendemos la televisión, dicen que han salido, que tienen hambre, que faltan basuras ahí abajo.   Resuenan las balas, la lluvia se tiñe de rojo. El mundo está en la cornisa, se desmorona, todo son grietas llenas de grietas.  Han salido. Se escuchan las sirenas, el ladrido de los perros y el silbido borroso de los proyectiles. Mamá nos llama, dice que se enfría la sopa. Llueve.


©  Xavier Blanco 2012


Publicado en Breves no tan Breves.