Disimula sus lágrimas, se maquilla una sonrisa e irrumpe en escena. Los focos deslumbran su decrépita figura. Sitiado por insultos y vejaciones repite idéntico final cada tarde: saca un revólver, encaja una bala en el tambor y lo hace girar de forma caprichosa. Una detonación fría enmudece la carpa. Mientras su cuerpo menudo finge la muerte, los niños aplauden enfervorecidos. El domador, escondiendo el rastro sanguinolento garabateado en la pista, retira apresurado el cuerpo del payaso. Llueven palomitas y pompas de jabón. Un redoble nervioso de tambores brilla en la oscuridad: “…ahora…”, titubea el presentador... Nada, sólo grita el silencio.
© Xavier Blanco 2012.
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Tremenda la ruleta rusa de la vida. Algunas personas nacen con este payaso dentro y se ven abocados a este final. Es el micro más escalofriante de tu serie del circo. Qué congoja, el texto te agarra el pecho y te deja una amargura en el alma de la que es difícil deshacerse. Un abrazo. (Todavía te espero en mi Blog, mis entradas echan de menos tus comentarios).
ResponderEliminarGlubs... Como el presentador, sin palabras, salvo una: fantástico.
ResponderEliminarQué tristeza... Genial, como toda la serie del circo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy triste el final pero muy posible. El dibujo me ha impactado.
ResponderEliminarBesos!
Quejica
Muy fuerte.
ResponderEliminarLa tragedia tiene una connotación agria en el circo. Todo el mundo piensa en la alegría que debe de transmitir el circo sin pararse a pensar en la tristeza que a veces encierra. Por eso tu micro ahonda en un mundo en el fondo desconocido con una veracidad surrealista.
ResponderEliminarCreo que ya te he contado, Don Xavier, que los circos no me gustan. Creo que también me has oído decir que esta serie tuya me parece formidable.
ResponderEliminarEste micro explica mi contradicción. Desde pequeño intuí que la sonrisa fingida del payaso, era eso, fingida y que debajo de la pintura sólo se podía esconder tristeza.
Una pieza extraordinaria.
Un abrazo,
Brillante relato, creo que estás forjando una serie que se merece un hueco entre las estanterías.
ResponderEliminarXavier, creo que los artistas en general, y los payasos o humoristas en particular, muchas veces hacen de tripas corazón y mueren cada vez que suben al escenario por su público, aunque el cuerpo no se lo pida. Muy bien reflejado como siempre este circo que gana con nuevas presentaciones.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Mirá que de tan jóvenes los humanos se hacen afectos a la ruleta rusa; quizás uno de niño estuvo tantas veces aplaudiendo el azar del tambor -sin comprenderlo-.
ResponderEliminarFantástico relato, de tanto jugar con las cornisas crece un hueco y cuando los cuerpos caen se buscan otros para la misma cornisa,
Un abrazo, felicitaciones por esta magnífica serie.
Qué triste relato, te deja el corazón chiquitito. Aunque no me guste el circo, ni todo lo que lo rodea, tus relatos me parecen fantásticos, sigo pasándome a leerlos, con la certeza de que cada uno es mejor que el anterior, y eso mira que es difícil.
ResponderEliminarSaludos,
Comparto las opiniones de todos y todas mis antecesores/as : este micro te deja el alma de niño herida. Nunca creí que la sonrisa de los payasos fuera de mentira, ingenua de mí, siempre creí que en el casting de payasos elegían a los que mejor reían, a los que mejor tocaban la trompeta, y a los que más sabían hacer reír. Si es verdad que esconden tristeza, si es cierto que tras su pintura hay pinceladas de una sonrisa fría ...entonces sólo entonces: diré que tu última función es tan real como la vida de circo misma.
ResponderEliminarFantástico micro y preciosa serie de circo que se merece un cartel de "no hay entradas" y "mañana repetiremos la misma función". ¿Publicarás mañana otro? .... por lo menos debieran ser 10 para hacer el número redondo.
Un abrazo para el mago de la carpa azul y roja, y gracias por tus comentarios en mi blog.
El contraste payaso-muerte hace aún más impactante este extraordinario micro. Enhorabuena.
ResponderEliminarUffffff que bueno!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/calidos.htm :)
ResponderEliminarPero lo más triste de todo, más que el payaso, me parece la gente, los que insultan y aplauden y piden sangre. Dios, tu micro se parece mucho a la tele. Me acabo de dar cuenta, Xavi...
ResponderEliminarMe voy cabizbajo...
Estupenda elaboración de un tema que no es nuevo, y que no busca el conejo en la chistera sino la ejecución precisa de la forma. Aplausos, Xavi. Nada circenses.
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