Dicen que llegó el Circo. Todos esperan ansiosos sentados al borde del acantilado: nadie
sabe cuándo lo hizo, nadie sabe
cómo. No hay carteles, ni fanfarria, ni siquiera
estridente megafonía. No avisaron, no lo publicitaron. En la lejanía deambulan
las risas de los payasos, huyen los látigos perseguidos por el espectro
de los leones, se percibe el chirriar de los trapecios. Sobrevuelan
las jaulas buscando a sus moradores. La sombra de la carpa, suspendida en el
vacío, permanece inmóvil, hermética, sin puertas ni ventanas por donde
penetre el aire. No se escuchan los
gritos de asombro, ni las risas, ni siquiera el aplauso enfervorecido del
público. Todo es nada, sólo etéreas evidencias.
Nadie escuchó
la música. Nunca se encendieron las bombillas. Permanecen desocupadas las
jaulas. Huyeron las sombras. Los conejos corren detrás de las chisteras. Planean
los trapecios. Aletean solícitos los látigos. Ruge el viento y llueven
cuchillos de soledades. ¿Dónde está el Circo? Nunca llegó, no permaneció,
se ha ido. No queda nada, sólo el cero de los matemáticos, el vacío de
los filósofos, el infinito oscuro de los astrónomos. No hay respuestas. La nada
es una ficción; nadie puede pensar lo que no es, lo que no existe. Tal
vez esto es una entelequia, quizás una invención, puede que sólo sea
apariencia.
Por si alguien
me pregunta, yo quiero dejar constancia escrita de mi respuesta -son diez palabras
insignificantes, muy poco para un mundo saturado de complejidades-: yo sólo
deseo que haya algo en vez de nada. Los demás siguen pensando que ahí, en
el vacío, hay un Circo. ¿La verdad? Nadie sabe nada de nadie.
(La SERIE "El Circo" ha llegado a su micro nº:13)
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Terrible esta nada que trae/no trae el circo. Y que te deja sin vida ni pasada ni futura.
ResponderEliminarTines expresiones que para mí las quisiera, chacho.
Un abrazo.
Curioso, en los tiempos que corren donde todo se pregona a bombo y platillo.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
...ese yo que aparece en el último párrafo de alguno de los textos de esta serie ... uuuummmm¡ me sacan de la historia... justo al final... cuando espero que se cierre sobre mí y me atrape del todo... y tu eliges abrirlo...
ResponderEliminarPor lo demás, eres tan competente en lo que cuentas que no nos queda más remedio que sucumbir, compañero, brillante hasta cuando escribes de ... nada...
Casi, casi me convences de que ese Circo no está...
ResponderEliminarGenial. ¡Bravo!
Besos.
Si algo destaca en este micro, más allá del fondo de la historia, es el tono ajustado a la sensibilidad que transmite. Se disfruta del clima evanescente en que las únicas certezas son las dudas generadas.
ResponderEliminarEn perfecta comunión con el resto de la serie, creo que este micro en particular destaca por su contenido emocional reflexiivo, Don Xavier.
Un placer leerte.
Abrasoz,
Y al final nada es circo, más dudas sobre dudas se quedan para el lector.
ResponderEliminarBesitos
Es cierto, nadie sabe nada de nadie. Ni cuántos circos ya no están en las sombras de sus acantilados.
ResponderEliminarMe encantó la forma de escribir este micro; tanto con la tinta como con el argumento.
Un abrazo desde el sur.
Ya tenías un circo de recuerdos, de sueños, de olvido, y hora éste, de nada. Sólo tú sacas un conejo de una chistera invisible. No escribas de otra cosa, que tienes un gran futuro de maestro de ceremonias del circo, ya sea del que se fue, del que nunca vendrá o del que nunca existió. Eres un maestro. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso este nuevo circo invisible, intocable, intangible ...y con esa frase inasible, en la que mezclas tres negaciones en apenas cinco palabras "nadie sabe nada de nadie" .
ResponderEliminarEste circo me produce "ausencia", vacío, incorporeidad en todo el conjunto. Creo que esa reflexión final es la primera vez que aparece en la serie, y creo que se produce porque el narrador de esta saga circense está siendo absorbido por las carpas que recuerda, que olvida, que sueña y que sólo, a veces, son : nada.
Felicidades Xabier, me gusta mucho. Un abrazo.
Un circo de "nada", muy buena idea y gran desarrollo, hasta llegar a ese final. Un vacío supremo el que deja esta antítesis del circo del Sol, que sería el circo de la Luna, o de la noche, de la nada. Abrazos.
ResponderEliminarTrece, aunque quizá ya sean catorce. Esto tiene la pinta de formar un conjunto muy, pero que muy atractivo. Creo que la metáfora del Circo te está dando para mucho.
ResponderEliminarSí, estoy contigo, "yo sólo deseo que haya algo en vez de nada"
¡Que críptico!, aunque consigues mantener en vilo cada palabra.
ResponderEliminarGracias a todos, primero disculpas por esta respuesta tan impersonal. Este espacio no sería nada si vosotros. Como dice Pedro, vivir es una duda permanente, una decisión contínua, una búsqueda de ese algo que nos colme, que nos permita ser felices.
ResponderEliminarUn abrazo,