Apuró el vaso, respiró hondo y, disimulando su mirada belicosa,
movió la torre. “Ahora tú”, indicó ella.
No se atrevió a mirarla a los ojos. Atenazado por el recuerdo amargo del
fracaso, se rascó la pierna mientras el sudor patinaba por su rostro. Observó incrédulo la disposición de las piezas
en el tablero: no podía entender tan magno desacierto. Era su turno, el instante tantas veces soñado.
Sus dedos temblorosos desplazaron el alfil y, astillando el silencio, musitó
las dos palabras mágicas. Ella alzó su cuerpo
de forma impulsiva. La sombra de su enorme anatomía, reflejada por la luz
blanquecina de las bombillas, eclipsaba el cuerpo diminuto del hombre. Éste,
cabizbajo, empezó a rebuscar entre los bolsillos del pantalón. Moby-Dick estalló
en sollozos. El Capitán Ahab,
acariciándole el rostro, le ofreció caramelos.
domingo, 8 de julio de 2012
8 comentarios:
Este Blog se alimenta de tus comentarios. Si dices algo, sabré que has pasado y me sentiré acompañado. Gracias a tod@s por leer estas páginas.Este blog forma parte de la ABLACC (Asociación de Blogs Literarios que Aceptan Crítica Constructiva). Así que critica sin piedad, pero comenta tus razones, es la mejor forma de aprender.
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A los perdedores veces la vida les sorprende, les ofrece un sorbete de fresa en lugar de su acostumbrado pastel de hiel. Me gusta mucho, una vez más, la forma en que lo cuentas. He escuchado el astillado del silencio, de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Excelente, sí Señor!
ResponderEliminarFantástico giro final para darle todo el sentido a la historia reescribiendo el clásico.
Mi admiración declarada, Don Xavier.
Xavi, es uno de esos que hay que releer de nuevo en cuanto llegas al final, para saborearlo, ahora sí, con todas las piezas a la vista. Un placer, company.
ResponderEliminarY un abrazo.
Muy dura esa partida para un jaque mate envuelto en la tensión de un ambiente no apto para triunfadores.
ResponderEliminarCoincido en lo de releer que decía Miguel Angel, y te felicito por el micro de domingo que nos has regalado.
Un fuerte abrazo para un hombre que se manifiesta con letras y palabras de triunfador, por mucho que se empeñe en contar los amargores de esta vida. ;)
un beso de Laura.
Primero, segundo y postre: tres lecturas más que saboreadas. ¡A tu salud, amigo Xavier!
ResponderEliminarEste capitán si dio caza a su ballena blanca y fue misericordioso. Bravo Xavier!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Siempre nos quedará un bolsillo. Con personajes y caramelos.
ResponderEliminarPrecioso jaque, muy hábil el giro.
Abrazos
Excelente Xabier coincido con la relectura, es precisa para saborearlo y degustarlo como se merece.
ResponderEliminarMi admiración y un abrazo virtual.
Espero impaciente tu siguiente jugada.