Después del invierno, siempre llega la primavera.
Nacer. Abrir mis ojos noveles y deleitarme con mil sensaciones. No somos nada, sólo formas queridas y también odiadas. Seres diminutos, imperceptibles, generalmente insignificantes. Mi enemigo es Céfiro cuando sopla sin rumbo. También la fría noche mas allá del horizonte. Soy una simple oruga, convertida en crisálida. Larva, pupa, después imago. El hombre vendería su alma al diablo por sufrir esta metamorfosis, que me ha convertido en lepidóptero.
De pronto ver la vida. Sentir. El cielo azul que ciega mis ojos. Volar, batir mis alas multicolores. Surcar el cielo infinito. Recorrer valles y praderas. Beber en ríos angostos. Ver mi sombra planear sobre lagos colosales. Cortar el sonido del viento. Desafiar a la belleza en un duelo quimérico. Oír el gemido de la noche cuando el sol se abate.
Toda una existencia entre receptáculos, pétalos, sépalos, estambres y pistilos. Al albor de la brisa que meció mi cuna. Que afortunada es mi existencia, cuánta hermosura colman mis días. Poder elegir libremente entre tanta perfección: jazmines, lirios, tulipanes, petunias, jacintos, claveles y amapolas. Libar el néctar, polinizar, dar la vida. Nada es eterno, ni siquiera la muerte. Cierro mis ojos y me estremezco de tantas emociones halladas. Dolor. Que vida mas efímera, para tanta belleza. Fue ayer cuando surgí y hoy ya expiro. Si vuelvo a nacer, sueño que sea en primavera.
© Xavier Blanco 2011.
_______________________________________
Si te ha gustado
Aquí encontrarás mas MICRORRELATOS.
_______________________________________
Si te ha gustado
Aquí encontrarás mas MICRORRELATOS.
Muy, muy bonito, de verdad! Miriam
ResponderEliminarVuelve el tiempo regenerador de la naturaleza
ResponderEliminarLos campos se visten de verdor y de flores
La vida toma nuevo impulso y frescor
Llegue también la primavera a nuestro atormentado mundo.