martes, 28 de diciembre de 2010

09 Reírse (en clave de humor)

  
¿Se estarán riendo de nosotros?
Si hay que elegir, mejor reír que llorar.

Tengo la mala costumbre de ojear, y algunas veces incluso de leer, todo lo que cae en mis manos. Lo último que me ha llamado la atención es un artículo de una revista de medicina –las ojeo, pero ya os digo que casi nunca las entiendo-. Lo que realmente me llevó a leer el artículo fue el titular: “Tomarse en serio la risa puede mejorar la salud”. Ha sido una lectura muy provechosa; he aprendido muchas cosas que quiero compartir con todos aquellos y aquellas que ojeáis estas páginas.

La primera es que debemos reír 30 veces al día para estar sanos -esto lo dicen los chinos-. Pero no dice nada sobre qué pasa si reímos más o menos de 30 veces; por si acaso ser exactos, que esto de la medicina tradicional es muy complicado. La segunda lectura, esta ya es occidental y de la medicina científica, es que lo importante es reír como mínimo 15 minutos al día: prolonga nuestra esperanza de vida, aleja las enfermedades cardiovasculares y mitiga el dolor. Ya estamos con los caminos del señor: que si la medicina científica y occidental, que si la filosofía budista... por si acaso mi recomendación es reírse 30 veces al día, y que el tiempo total de esas risas sea de 15 minutos. Ser lo mas exactos posible. No se admiten quejas.

El artículo sigue. Para la medicina cualquier tema da para un mínimo de un par de páginas. En la segunda página explican el proceso bioquímico de la risa: “en primer lugar la corteza procesa las palabras y hace que nos demos cuenta que lo escuchado o leído no tiene sentido –hasta aquí bien-. La información sigue su curso, y llega a una región del cerebro llamada central de detención de errores, donde la recompensa por darse cuenta de lo ilógico es un aumento de la dopamina –esto se complica-. Después, utilizamos la zona que procesa los sentimientos, donde la situación absurda crea una situación placentera, gracias a la acción dopaminérgica a través del núcleo acúmbeo – no pongáis esa cara que no me he equivocado, esto es lo que pone-. Una vez activada esa región, se envían señales de felicidad a la corteza prefontal, que por último acabará generando la reacción eufórica, la carcajada, desde la tercera capa del cerebro.”

Foto: "Los mercados", en su merecido
descanso vacacional.
Gentileza de National Geografic.
En resumidas cuentas: que te cuentan un chiste y te ríes. Después teorizan sobre las diferencias entre hombres y mujeres, porque este proceso es diferente según el género. Parece ser que las mujeres activan más las áreas del lenguaje y de las emociones, pero en este terreno pantanoso no quiero entrar.

Sí que os puedo decir que, después de todo esto, cada vez que me río me entra como cansancio, debe ser por lo del núcleo acúmbeo.

No os pienso felicitar las fiestas ni desearos un feliz año 2011, pero eso sí, si podéis, no dejéis de reír, que es sinónimo de lo anterior.

2 comentarios:

  1. jolín!! yo que pensaba que lo de la risa era parte de la espontaneidad del ser....con tanta cientificidad ahora no sé como reírme, pero tranqui, mañana me olvidaré de la explicación y seguiré con mi carcajada espontánea que tanta satisfacción me viena dando, y por qué no, FELIZ AÑO

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  2. Xabier, la risa tiene efectos terapeúticos, pero el amor con sonrisas : también. Sí, nosotras activamos las emociones porque nuestra vida se rige por emociones, sean llanto o risa, aunque hayas preferido no entrar en este tema.

    Un abrazo un año después.

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