jueves, 13 de enero de 2011

17 No me gustan los autobuses de Israel.



No me gustan los autobuses de Israel. No tenía conocimiento de la situación, me he enterado por la prensa: en Israel, país moderno donde los haya, hay mas de 50 líneas de autobuses segregadas por sexo y no es una broma de mal gusto.

Estos autobuses, llamados mehadrín, recorren los barrios ultraortodoxos y conectan las ciudades y asentamientos de mayoría religiosa, pero también están abiertos al público general. Hombres y mujeres viajan separados.  En los asientos traseros, sumisas y cabizbajas se sientan las mujeres. Delante, orgullosos y altaneros, se sientan los hombres, vamos !como Dios manda!. La idea es evitar el más mínimo contacto -ya sea físico o visual- tal como dictan las reglas del judaísmo ultraortodoxo. Dicen los religiosos que el peligro asoma sobre todo cuando los autobuses se llenan y el roce se vuelve prácticamente inevitable. ¡Así debe ser, que la carne es muy mala!.

Hace cuatro años, un grupo de mujeres, acusaron a las líneas de autobuses mehadrin de violentar física y verbalmente a las mujeres, para que utilizaran la parte de atrás de los autobuses – ya sabemos que la letra con sangre entra-. Finalizado el proceso judicial el Tribunal Supremo ha dictaminado la legalidad de estas líneas: hombres y mujeres por separado en los autobuses públicos sí, pero siempre que la separación sea voluntaria. El juez en su sentencia, según recogen algunos páginas de la prensa israelí, indicaba que: "ellas deben sentarse donde quieran",  y añadía: "Cuando releo estas líneas me pregunto cómo es que ha hecho falta escribirlas en el Israel de 2010. ¿Es que han vuelto los días de Rosa Parks, la mujer afroamericana que provocó el colapso de la segregación racista en un autobús de Alabama en 1955?". Algunos analistas apuntan que será muy difícil que se cumpla la sentencia de forma voluntaria. Y en cualquier caso, lo que ha quedado claro es que, por el momento, los autobuses segregados seguirán existiendo y funcionando.

Noemí Ragen,  escritora y una de las iniciadoras del proceso judicial sentencia:. "Son como los talibán. Son unos pocos fanáticos que atemorizan a las mujeres en nombre de la religión". Además de en los autobuses, la segregación por sexos en los ambientes religiosos israelíes empieza a extenderse en tiendas, funerales, centros de salud y oficinas. Ragen cree que estas restricciones "no tienen nada que ver con la religión". Atribuye la contundencia de los grupos más fanáticos a la lucha por el poder político y económico. "Los fanáticos son ahora los líderes. Radicalizan su discurso para acumular más poder". "Esto va a estallar algún día", vaticina Ragen.

El camino siempre es el mismo: primero la religión sale del ámbito privado y se instala en el público, aquí empiezan los problemas; a continuación la fe se convierte en verdad, y los problemas dan paso a la crispación y a la violencia sectaria,  y por último, el dogma se convierte en ley, iniciando el camino irreversible hacia la sinrazón.

El pasado martes, día 11, Rosa Montero escribía en el diario El PAIS: “A veces tengo la desesperada sensación de que el embrutecimiento fanático se va extendiendo como un vertido de petróleo que acabará engulléndonos”. Cuanta razón.

© Xavier Blanco 2011.

3 comentarios:

  1. He alucinado! ¿Qué en Israel tienen qué? Para que critiquemos a los árabes y sus burkas. Está claro que el fanatismo no entiende de colores, razas ni religiones...Miriam

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  2. Es inexplicable que un pueblo que sufrió todo tipo de humillaciones hasta llegar al genocidio, permita que la segregación tenga alguna práctica y justificación, pero las ortodoxias religiosas tienden siempre a limitar las acciones voluntarias, en el error de creer poder dominar la naturaleza.

    La historia está para indicar lo que no es deseable que se repita, pero a veces los sueños producen monstruos.

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  3. Hola Xavier! Yo también leí esto que ha ocurrido en Israel. Me parece aberrante e incomprensible pero, y aqui me refiero a lo que dice Gorka de "es inexplicable que un pueblo que sufrió todo tipo de humillaciones hasta llegar al genocidio, permita que la segregación tenga alguna práctica y justificación". Israel es un país democrático y la población de dicho país elegió a sus representantes que, para formar gobierno, deben transar con los religiosos. Obvio que a mi no me gusta en lo más mínimo pero es asi. Lamentablemente, Israel ha girado cada vez más a la derecha. Igualmente, los religiosos de cada una de las religiones son los que arruinan la buena relación entre los distintos pueblos. Recordemos las bravuconadas de Benedicto Palpatine XVI.
    Un abrazo grande!
    Daniel http://www.elcaleidoscopiodelucy.blogspot.com/

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