martes, 7 de junio de 2011

83 INDIGNADOS...







 - Hola Caperucita. ¿Cómo va la vida?
 - No me puedo quejar. Encontré un empleo en la residencia de ancianos  ”Los Abetos”. Me encargo de la cocina y de las tareas auxiliares de limpieza. El salario no llega a 600 euros al mes,  pero me dan la comida y, lo más importante, me hacen un precio especial por la abuela. Ya sabes, la pobre, nunca se recuperó del susto: el lobo, los cazadores y luego el Alzheimer, allí está bien atendida.
 – ¿Qué sabes del lobo?
 -  Poca cosa. Se cambió de móvil y le perdí el rastro… Llegó la  crisis, su empresa concentró la fabricación y lo deslocalizaron. La última vez que hablé con él trabajaba a turnos, focalizaron la producción y ahora sólo se dedican a hombres lobo, vampiros… violencia, sangre. Ya no interesaba mucho la historia de una niña rubita, vestida con una capucha roja, que lleva la merienda a su abuelita. Esas multinacionales no saben de sentimientos, sólo les interesa el dinero. Son malos tiempos para la lírica. A ti, no te veo en tu mejor momento
 –Si yo te contara: marchó el lobo y nos quedamos sin cuento. Mis dos hermanos emigraron, y hace meses que poco sé de ellos. Yo empecé en la construcción hasta que todo se desmoronó. Y ahora subsisto gracias al desempleo. No dejo de enviar currículums, ir a entrevistas, pero… no es fácil contratar a un “cerdito”, si te enteras de algo, llámame.
 – Qué mundo éste, es para indignarse. Que vaya bien cerdito.
 -  Adiós Caperucita. Los tiempos están cambiando.

© Xavier Blanco 2011.


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2 comentarios:

  1. Me has arrancado una sonrisa, bien por ti!M

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  2. En los tiempos que corren esa sonrisa es un tesoro. Si esa es la reacción que ha generado el micro, bien...
    Un abrazo y muchas risas a todos.

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