Era día de inauguraciones. El rascacielos era monumental. Único. Un nuevo icono para la ciudad. Portentoso. La fusión de todas las tendencias. Un juego sabio sobre la luz del horizonte. Una articulación perfecta entre el tiempo y el espacio. Egipto, Grecia, Roma, Gótico, Renacimiento, Barroco. Una obra maestra. Se lo quedó mirando: nada comparable a la belleza infinita del campo de amapolas donde había sido construido.
© Xavier Blanco 2011.
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33 Toda una vida.
59 Elvis sigue vive.
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Donde esté un campo de amapolas que se quiten todos los rascacielos del mundo. La naturaleza nos ofrece monumentales paisajes que no siempre sabemos apreciar ni disfrutar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Síí, estoy de acuerdo!! M
ResponderEliminarHola Xevi, me ha gustado este micro. Corto, pero intenso. Mucho en lo que pensar...Un abrazo.
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