© Sergi Fornasari. San Cosme Valdiello-Pasarelas del Vero. |
Hacia semanas que Miriam Giménez no escribía en estas páginas...cosas de la vida..que algunas veces se complica mas de lo necesario. Ya la tenemos aquí, de nuevo, con sus sensaciones, con sus impulsos, con esas pequeñas cosas, que sumadas una detrás de otra, son la vida misma...
Me gusta mirarte. Digas lo que digas, la sonrisa permanece. El tema o la preocupación no la tocan. Tiene entidad propia, no necesita de ti para existir. ¿Es eso posible? Me da miedo mirarte. A veces, la incongruencia entre tus ojos y tus labios me lastima, lo hace porque no alcanzo a entenderla, y, como todo lo que nos es ajeno, sentimos que nos amenaza. ¿Pueden ojos y boca vivir tan distantes?
© Miriam Giménez 2011.
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Aquí encontrarás mas cosas de Miríam:
Miriam, pueden, si que pueden, y a veces te miran tristes y te sonrien. Si se puede elegir prefiero la sonrisa de una mirada antes que la sonrisa de unos labios...
ResponderEliminarMe ha gustado lo que me has enviado esta semana. Gracias por escribir en estas páginas.
Xavier
A veces, es una cuestión de voluntad. Mantener la sonrisa aunque el día sea duro... Miriam
ResponderEliminarNo estoy del todo de acuerdo con vosotros, porque se os olvida una posibilidad importante... a veces és amor, los ojos son el espejo del alma y pueden ofrecer tristeza a la vez que el corazón con los labios ofrece la sonrisa del amor. Por que amor no siempre és compartir las mismas ideas o sensaciones, a veces és saber lo que hace feliz al que te acompaña y eso solo se puede ofrecer de corazon y de cerebro por que sabes lo que llena al otro aunque no lo compartas y por eso le ofreces lo más evidente, la sonrisa de tus labios que a pesar de no ser lo que te llena ( cosa que no existe) te acerca a ello.
ResponderEliminarTONI RUFO.