Hace días que tengo el mismo sueño absurdo, desatinado. Me despeño por un precipicio, el descenso es infinito, eterno. Nunca llego al final. Me despierto sudoroso, angustiado, atormentado. De eso hace ya algunas semanas. Creo que no es un sueño. Miro a mi alrededor y no sé dónde estoy; lo presiento, pero me cuesta creer que el infierno sea así.
© Xavier Blanco 2011.
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Hola Xevi,
ResponderEliminarCreo que estamos en el mismo sitio, te busco y hablamos. Un abrazo amigo.
cuando era nena tenía una pesadilla así de recurrente, hasta que un día decidí no despertar y quedarme hasta el final, sabes que pasó... la pesadilla me abandonó, nunca más la tuve, de eso ya van más de 35 años
ResponderEliminarquizá sería bueno que la enfrentaras:)
pasa un buen domingo
otra ves he dejado mi huella :)
Elisa, gracias por pasar por aquí, yo también visito tus posesiones. Yo también recuerdo esa pesadilla en mi niñez, de ahí me vino la idea del texto...ahora es pura ficción.
ResponderEliminarUn abrazo