Esta semana participar en el concurso de la Cadena SER tenía un aliciente especial, ya que la frase de inicio "Son las doce horas, un minuto y quince segundos", correspondía al micro Principio de incertidumbre, de mi amigo Odys.2.0, que ganó la última final semanal y la final mensual.
En el momento justo.
_ Son las doce horas, un minuto y quince segundos…
_ Gracias señor. Me preguntó la hora y
desapareció en el primer portal. Tendría
seis años, pelo crespo, mirada ávida y
mucha prisa. Seguí mi caminar. Escuché un grito, un desagarro. Me giré y
lo vi caer desde el balcón, quedó allí tendido, extinto. Su cuerpo eviscerado,
descoyuntado, naufragando en un océano de sangre. Un remolino de personas cercó el cadáver, entre ellos dos
chiquillos, el más alto sollozaba.
_ Hola señor. Éste que llora es mi hermano mayor,
siempre llega a casa a las doce horas y cinco minutos. Esbozó una leve
sonrisa.
_ El hámster era suyo.
© Xavier Blanco 2011.
La frase de inicio para la próxima semana es " No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento...".
Xavi, me ha gustado como nos has engañado hasta el final. Ese hermano pequeño es un angelito.
ResponderEliminarUn abrazo. Luis
Bueno, entre lo malo y lo peor, o el hamster o el niño.
ResponderEliminarVaya, ya veo que no pudo ser. Lo bueno es que todavía quedan un montón de semanas por delante...
ResponderEliminarEsa frase final es de maestro. Ahí es donde radica el micro. Enhorabuena!
Y mil gracias por la mención :-)
Nos has mantenido en vilo muy bien, Xavier, hasta el final en el que hemos visto esa imagen sobrecogedora del hámster estallado contra el suelo.
ResponderEliminarXavier, es un relato trampa, pues juegas con nosotros - los lectores - de una forma magistral. Nos haces creer que el niño es quien se suicida y menos mal que no. Aunque la muerte del hámster tampoco ninguna alegría.
ResponderEliminarMe gustó mucho, un saludo.
¡Vaya! consigues engañarme, muy bien llevado el micro hasta el final.
ResponderEliminarBesitos
Hola a tod@s, gracias por los comentarios.
ResponderEliminarMontse, al niño no le gustaba mucho el animalito, cosas de niños.
Odys, lo que nos pasas es que escribimos malos micros para no ganar, así podemos intentarlo una semana tras otra.
Maite, Nicolás, Elysa, me gusta engañaros, aunque con vosotros nunca se sabe.
Un abrazo a todos.
Ay, Xavier. Yo también pensé que era el niño. Se ve que el hermanito menor ya no soportaba al pobre hámster.
ResponderEliminarEn parte lo comprendo. Por más que me encantan los animales, he llegado a un punto de saturación tal que deseo tirar por un balcón a ese ratón que tengo en el taparrollos. El problema es que no tengo balcón.
Un abrazo!!
Hay días que mejor no comentar. Veo el "engaño" al lector, pero no entiendo el motivo del suicidio o vuelo obligado del hámster. Suerte. Luego: leyendo tu aclaración comprendo que son cosas de "hermanos", pero no me quedó claro en el relato, problema mío, seguro.
ResponderEliminarHola, Xavier. Lo has logrado, sí. Como a los demás, a mi también me hiciste dudar. Me ha gustado la sorpresa, aunque me gustan los hamsters y todos los bichos.
ResponderEliminarSaludos.
Ana, ya tenía ganas de verte por aquí. No lo dudes, si no hay balcón utiliza la ventana.
ResponderEliminarXimens, el lector siempre tiene razón...El hermano pequeño "suicidó" al hamster en el mismo momento que llegaba su hermano, vamos que casi le cae en la cabeza...esa era la idea, pero veo que no ha sido conseguida del todo.
Sinrima, gracias por pasar y por comentar. Esos tiernos animalitos, a los niños me refiero. ¿Cómo va tu proyecto de blog?
Un abrazo a los tres
Xavier, gracias por preguntarme por mi blog.No me decido. ¡¡Hay ya tantos buenos,- o buenísimos como el tuyo- que me cuesta dar ese paso!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Sinrima, te ya ganas de visitar tu blog, que seguro que será tan bueno como esos que visitas, y te gustan.
ResponderEliminarUn abrazo y cuenta con mi modesta ayuda.
A veces se agradece que sean micros y no relatos, si dura un poco más, no sé si hubiera aguantado la tensión.
ResponderEliminarUn abrazo.