Mi padre es inventor, aficionado. Creó una máquina del tiempo, no de esas que te llevan al
futuro, o al pasado, no. Hablo del
tiempo meteorológico. Era un artilugio que producía lluvia, nieve, viento,
calor y frío, mucho frío. La instalamos
en nuestro jardín. Nos visitaron científicos y sabios de todo el mundo:
físicos, químicos, geodas, para analizar aquel espacio del planeta, de
comportamiento climático tan inaudito. Nos entrevistaron los más famosos reporteros, fuimos portada de las revistas técnicas más reputadas. Se especularon las
teorías más esperpénticas. Se organizaron excursiones, visitas guiadas,
capillas para el rezo. ¿Obra de Dios o del diablo? Nadie pudo descubrir el
verdadero secreto. Mi padre nunca averiguó como fue capaz de idear aquel
engendro que, un buen día, dejó de funcionar, así, de pronto. Lo peor fue que
se encasquilló en el invierno. Lleva
meses nevando. Nos hemos convertido en un inmenso iceberg, en un nuevo
continente helado, a la deriva, vagando
por el mundo. Ya no somos noticia, ahora nadie se acuerda de nosotros. ¡Tierra
a estribor!…, nada, otro espejismo. ¡Dios que frío! Mi padre sigue ahí; ahora
ha inventado un sacacorchos, funciona de maravilla, pero el vino está helado.
(CONTINUARÁ...)
© Xavier Blanco 2011.
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(CONTINUARÁ...)
© Xavier Blanco 2011.
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Qué bien te manejas en todos los registros Xavier. Es un gozada leerte. Este micro me ha sorprendido mucho porque es diametralmente distinto a lo que has escrito ultimamente. Me ha encantado y lo que me he reído. Estos inventores aficionados, qué peligro tienen. Un saludo.
ResponderEliminarQué aguda la frase final, que resume como un latigazo de ironía el pensamiento que pergeña la historia, ingeniosa ésta desde el comienzo e hilarante hasta el final.
ResponderEliminarIngeniosa, ocurrente, original y disparatada historia. Aire fresco. Claro.
ResponderEliminarXavier, ya es mala suerte que se le estropee en invierno. Justo cuando todos aquellos curiosos que visitaban el invento se olvidaron de él. Me ha gustado esa idea. Es muy original.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Clap, clap, clap!
ResponderEliminar¡Que micro, Xavier! ¡Estupendo!
Al comenzar a leer, no sabía a dónde nos llevabas, no podía imaginarlo. El cierre me parece genial.
Un abrazo,
Ha sido una sorpresa gratificante encontrar este perfil humorístico en ti. Tampoco hace tanto que te conozco, Xavier. El relato está muy conseguido. Tanto el tono como la voz infantil me parecen muy buenos. El mensaje que subyace está clarísimo. Me ha gustado un montón, no me ha dejado helado (jeje).
ResponderEliminarJa,ja,ja Ingenioso micro, muy bien hilado, original idea y final con chispa y muy bien rematado. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo,
Sorprendente esste registro, Xavier, me ha gustado. Me gusta como está contado desde la voz infantil.
ResponderEliminarVeo que hay un continuará...me alegro.
Besitos
Gracias a todos por los comentarios, me alegra esa sorpresa que manifestáis, se nota que sois nuevos por aquí. En esta casa nos gusta transitar el camino de la risa, pero también el del llanto llanto, la vida y la muerte, el invierno y el verano,la noche al día.
ResponderEliminarMar, Dios nos libre de los buenos inventores. Me alegro por las risas.
Odys, gracias por pasar por aquí y por el comentario.
Francisco, después de algunos escritos mas densos y trascendentes hacía falta un poco de aire fresco.
Nicolás, gracias por el comentario y por pasar por aquí.
Pedro, esa era la idea, iniciar un camino y acabar en otro. Gracias por el comentario. A este iceberg a la deriva le quedan mas historias, espero que también os gusten.
ResponderEliminarXimens, lo dicho antes, intentamos movernos en diferentes registros. Es cierto que las últimas entradas eran algo trascendentes, pero donde se ponga el humor.
Esperanza, gracias por pasar y por opinar.
Elysa, me gusta mucho la vida desde la mente de un niño, será que tengo tres. LA historia continuará, a este iceberg le quedan muchas mares que surcar.
Un abrazo a todos.
Hoy en Madrid hemos tenido un día casi primaveral. Sin embargo, yo tengo el frío calado en los huesos. La razón: un maravilloso iceberg...
ResponderEliminarUn abrazo,
Nuria
Nuria, tus comentarios siempre son ráfagas de aire fresco. Me alegro que te haya gustado este micro, seguiremos la historia, estoy barruntando ideas. Ahora sabemos mas de ti (Nuria, de Madrid).
ResponderEliminarUn abrazo
Ingenio. El mismo que posee ese padre inventor. Claro que en tu caso, lo ingenioso es además certero. Llega, produce un efecto y se instala. Me encanta leerte en todos tus registros. Hasta la próxima invención¡
ResponderEliminarIsabel, gracias por pasar por aquí y por el comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy ingenioso de principio a fin, desde que matizas qué tipo de máquina del tiempo se trata hasta el encasquillamiento del invierno, genial, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe encanta este micro Xavi, no sé por donde se podrá continuar... ¿los inventos del padre? Este es muy sugerente y la frase final es muy buena. Enhorabuena!
ResponderEliminarAbrazos
Hola Xavier! Me encantan los relatos así, disparatados, con humor, y contados desde la mirada del niño que aun habita en el adulto. Despierta la imaginación de una manera. Es que ya veo ese jardín nevado, y a todos en la casa superabrigados y congelados. Y espero ansiosamente la continuación de la historia...
ResponderEliminarUn abrazo!!
Manu, es un honor recibir la visita de tan insigne escritor -Bienvenido al Caleidoscopio. Gracias por el comentario. Esos puntos que señalas son el centro del micro.
ResponderEliminarAnita, bienvenida al caleidoscopio. Hoy estamos de fiesta...Estamos dando vueltas, a ese iceberg le quedan muchos mares por recorrer y puede que muchos mundos, eso de las realidades paralelas da para mucho.
Ana, gracias por el comentario. Hacía días que esto estaba demasiado solemne, un poco como el otoño, melancólico y había que añadir un poco de azúcar. La verdad es que hace un frío que pela, pero la madre ya está cosiendo unos abriguitos de foca que no quiero ni contarte. El padre sigue a lo suyo...
Un abrazo a los tres.
Buen micro Xavier. Supongo que daría igual la estación en que se "colgase" el invento, pasado un tiempo, cualquiera habría sido un desastre.
ResponderEliminarUn saludo.
muy bueno, me gusta ese iceberg de nieve
ResponderEliminarja ja ja!! Un micro de humor, una sonrisa, siempre se agradece.
ResponderEliminarY ya van a salir del invierno, nosotros, los humanos, no tenemos nada para siempre...
Abrazos
Alberto, Patricia, gracias por pasar por aquí y por los comentarios.
ResponderEliminarAlberto, tienes razón, pero si sigues la historia verás que tenía que ser el invierno: la nieve, el hielo, ese iceberg a la deriva.
Patricia, a esta familia les queda mucho invierno.
Jesús, Bienvenido al Caleidoscopio.
El próximo miércoles tendremos el segundo capítulo. Poneros los abrigos para leerlo.