“El
parto se ha desarrollado sin complicaciones. Todo dentro de lo normal, no hay
que preocuparse”, dijo la comadrona. De eso hacía ya algunas horas. La madre,
el padre, los abuelos, la familia, todos exasperados esperando ver a la
criatura. Se abrió la puerta de la habitación y la enfermera entregó el bebé al
padre que, ansioso, retiró la mantita blanca que lo cubría. No era una niña,
como todos deseaban, ni siquiera un niño regordete y sonrosado. Era un calamar. Sí, como suena, con su carita de
calamar, sus ojitos de calamar, sus patitas de calamar, y su tinta de
calamar.
- No se parece a nadie de la familia. Tal vez a la tía Ambrosina, por los
ojos más bien - apuntó el abuelo.
- ¿Y ahora qué hacemos con la cuna? Habrá que
comprarle una pecera - dijo Raúl, el hermano pequeño.
El
padre, absorto, no dejaba de observar a la criatura. El resto de los
familiares, afligidos, miraban a la madre que, incapaz de esconder su miedo,
hipaba impresionada. En ese instante entró
la enfermera. - Perdonen, ha habido una fatal confusión, el bebé
entregado no es el suyo. Un suspiro arañó el silencio. Cedió el nuevo rorro al
padre, llevándose al calamarcito que lloraba desconsolado. Una boa constrictor
dormía plácidamente, envuelta entre algodones. Todos miraban impacientes al
padre que, aterido, intentaba sin éxito ocultar el nuevo vástago. La madre empezó a gritar aterrorizada.
Se
abrió de nuevo la puerta y penetró circunspecto el médico jefe: - El parto ha
ido bien. La madre se encuentra en perfecto estado, el bebé dentro de la
normalidad. Seguro que no es lo que
esperaban, pero ya les avisamos que estos tratamientos eran
experimentales. ¡Ah!, ahora le traerán la
sepia, también es suya, ha sido parto múltiple.
Esta es mi modesta participación en el II Certamen de Microcuento FANTASTI'CS de Castellón. Hay tiempo para enviar los relatos hasta el 13 de Noviembre de 2011. Animaros...Aquí encontraréis mas información.
No seremos compañeros de concurso pues no resido en España, te deseo la mejor de las suertes con "Fecundación in vitro" que bien la merece.
ResponderEliminarAbrazos!
¿Sabes lo que me parece tu relato?
ResponderEliminar¡¡¡¡¡F A N T A S T I C !!!!!!!!
no tengo nada más que decir.
Curioso, interesante ejercicio narrativo, fantástico sí pero con tintes si no negros, sí claroscuros. Divertido, ingenioso y con unos toques cáusticos que lo hacen una verdadera delicia. Lo disfruté. Hay una sonrisa en mi cara que estará allí por largo rato, me temo. Abrazos, Xavier.
ResponderEliminarNo dejas de sorprenderme, y por un momento he creído que se tenían que quedarse con el calamar ¡menos mal que les ha tocado la sepia, que es mucho más mona!.
ResponderEliminarGracias :-) por la información, la incluiré, con tu permiso, a la vez que otros dos concursos que tenía preparados para publicar.
Veremos cuál es mi aportación ... al fantasti'cs,
Me ha gustado, en serio.
Un saludo!!. Laura.
Espero que vaya bien el concurso!
ResponderEliminarComo fantástico es muy bueno, como realista, tambien.
ResponderEliminarjajaja hay que tener cuidado con los experimentos!!!! No sé si era el objetivo pero no he podido evitar una risa al imaginar la imagen
ResponderEliminarsaludillos
nen este es de premio Pullicer por lo menos, jaja genial. Que imaginación, q bueno.
ResponderEliminarfelicidades jaja no para de reirme pensando en la cara del padre al ver el calamar con sus ojitos de calamar y sus patitas de calamar jaja
Gracias a todos por los comentarios, sois, con diferencia los mejores, da igual lo que escriba, si me pongo trascendente,reivindicativo,solidario, siempre tenéis el comentario apropiado. Me reído tanto escribiendo el micro, como vosotros leyéndolo. No te preocupes puck, risa, pura risa, pero nadie puede decirme que esto no es un relato "fantástico", aunque la verdad, porque no conocéis a tía Ambrosina, con sus ojitos de calamar, los mismo que tiene Luisita, así le llamaron a la Sepia. Don Gerardo de Suecia, bienvenido al Caleidoscopio, y Ovi, ya te echaba de menos.
ResponderEliminarPatricia,Mar, Isabel, Laura y Ximens, muchas gracias.
Un abrazo a todos.
Jajaja, otra vez consigues sorprenderme, Xavier. Me voy a empezar a fijar a que animalito se parecen algunas caras después de leer tu micro.
ResponderEliminarBesitos
Ja, ja. Lo tienen bien merecido. Hay cosas con las que no se juega.
ResponderEliminarAbrazo, Xabier
Muchísima suerte con ese relato, me ha gustado mucho, es otra manera de ver a los médicos, que para ellos siempre todo está bien :D Saludos!
ResponderEliminarQuejica
http://soyquejica.blogspot.com
Siempre pueden hacérselo a la plancha. Joer, me he quedado petrificado, al estilo del ya clásico Alien.
ResponderEliminarMuy bueno Xavier, me ha gustado mucho como nos llevas a esa primera "confusión", pensando el lector que tras cerciorarse de la equivocación, todo se iba a solucionar, siendo entonces realmente cuando uno se queda con la boca abierta tras ver esa boa y su hermanita, la sepia!! Me gustó mucho, a ver si tienes suerte en el concurso. Lo único que no he entendido bien es el poner el adjetivo exasperado al principio, me ha chocado un poco. Abrazos.
ResponderEliminarXavier, primero gracias por anunciar este convocatoria. Estaba al tanto, y espero participar si las musas me lo permiten. Y luego decir que es un gran micro, lleno de humor y fantasía. Por lo que le auguro un buen futuro, como al calamar.
ResponderEliminarSuerte en el concurso, un abrazo.
Me encanta, muy bueno, surrealismo en estado puro, diálogos hilarantes y una prosa muy bien traída.
ResponderEliminarHe de decir que yo estaba allí, dentro del huevo que la recién nacida constrictor ya estaba incubando ;-)
Ja, Ja, ja...Original y divertido. Un soplo de aire fresco, Xavier.
ResponderEliminarElysa, me gusta sorprenderte. No dejes de mirar las caras, la de calamarcito se lleva mucho.
ResponderEliminarTorcuato, gracias por pasar y por las risas. Los experimentos mejor con gaseosa.
Quejica, gracias por las suertes. Pero he disfrutado tanto escribiendo este relato que el concurso ha sido una excusa perfecta.
Sergio, bienvenido al Caleidoscopio. ¿A la plancha? los hijos son para toda una vida.
Maite, gracias por los comentarios.
Sobre el adjetivo exasperado, algo de razón tienes, la idea es transmitir enojo, irritación. esperar una hora tu recién nacido te convierte en un ser irascible...te lo digo por experiencia propia...
Nicolás, los concursos son la excusa perfecta para provocar a la musa, sólo hay que intentarlo.
Odys, gracias por el comentario. Vamos que el parto fue de trillizos, mal lo tiene esta familia, tal como están las guarderías, y las peceras, y los terrarios...
Francisco, gracias por pasar y por comentar.
Un abrazo a todos.
Lo mejor de todo el hermanito sugiriendo una pecera para sustituir la cuna y el doctor anunciando la llegada de la sepia. Es muy bueno.
ResponderEliminarjajaja.... maravilloso Javier, deseo que continues esta historia, me encantara ver como se organizan con estos dos bebes... Un abrazo
ResponderEliminarMarina
Montse, gracias por pasar y por el comentario. La pecera fue fácil encontrarla, el terrario costó un poco más.
ResponderEliminarMarina, ¿segunda parte? lo pensaremos y si sale algo interesante te prometo publicarlo.
Un abrazo a las dos.
En primer lugar debo darte las gracias por enlazar la página del concurso. Incluso me he atrevido a enviar un micro.
ResponderEliminarDebo decir que he leído los cuentos presentados y el tuyo, bajo mi humilde opinión, está entre los mejores. Sobresale por su frescura en una amalgama de textos densos que en muchas ocasiones no me han dicho mucho. Sin embargo, hay dos en concreto: "La princesa" por la forma y "la mascota" que también me han gustado mucho.
Un saludo y suerte.
Fernando, compartir es lo mejor que tiene la bloggosfera. He leído tu micro, bien, te ha salido el Poe oculto, humor y miedo siempre dan buen resultado. Coincido contigo los textos son un poco densos, "La mascota" es mi preferido, no es por nada, pero es de Mar Horno, es una amiga de las letras, y es buenísima simplemente...el de la princesa, para mi gusto es excesivamente lírico.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias a Fernando y a Xavier por la parte que me toca. Nunca más volveré a comprar un cactus. Un saludo para ambos. Mar Horno.
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