El estío requiere sendas breves, energías ociosas, lecturas aflojadas…continúa esta serie de impulsos, de vendavales veraniegos, en tan solo 140 caracteres. Pequeñas libaciones, sólo hemos empezado...espero que os gusten.
Empecé el verano en crisis, mi corazón cotizaba a la baja, mi autoestima era un bono basura, a punto de quebrar apareciste para rescatarme.
© Xavier Blanco 2011.
Qué ambiguo.Si leo el texto pienso en una persona pero la foto parece indicar que ha tenido un golpe de suerte económico. Dos billetes formando un corazón. Es un poco surrealista.
ResponderEliminarMontse, engaña la foto. Es un amor de verano, de esos suaves, frescos, como la brisa marina, como la espuma del mar, como las noches con luna. Una amor que te rescata de la oscuridad del invierno, del letargo, un amor que es una luz que brilla en tu rostro, que ríe en tus pupilas, que eriza tu piel. Sólo es eso un amor de verano, como un cucurucho de vainilla, que el sol derrite en tus labios...sólo eso.
ResponderEliminarEsos rescates sentimentales me gustan más que los financieros. Creo que el corazón que forman los billetes no aporta ambigüedad, sino ironía, en un momento en que tanto se habla de rescate financiero.
ResponderEliminarEl mejor rescate ,cuando estamos bajos de moral,es un corazón que nos asista.
Saludos
Cuánta razón tienes Sinrima, no hay mejor rescate que el de un hombro amigo, unos besos, unos abrazos, un poco de ternura. Donde el corazón nos lleve...
ResponderEliminarAbrazos.