Los amigos de Quími.camente impuro me han publicado en su espacio este texto, que hace unos meses apareció en CALEIDOSCOPIO. Os recomiendo visitar esta página de relatos brevísimos, hiperbreves, minificciones, microcuentos...pero siempre ráfagas de buena literatura.
Lo juro. La he visto esta mañana, no tengo ninguna duda. Viajábamos juntos en el mismo vagón de tren. La sentí cerca. No la he perdido de vista. No ha reparado en mi presencia. Esos ojos, esa mirada. Era ella. Descendí del vagón en la primera parada. Curioseó mi miedo. Se reía. Han pasado seis horas y todavía tengo el pánico en el cuerpo. Sigo deambulando por el andén. No se dónde estoy. Quieto, parado, en ninguna parte. La diferencia entre la suerte y la muerte es sólo una letra. Os lo prometo. Era ella.
© Xavier Blanco 2011.
Xavier, me ha gustado muchísimo. Hay casos en que la suerte esquiva te salva de la muerte por una milésima de segundo o como tú dices, por una letra. Muy bueno.
ResponderEliminarRecuerdo haberlo leído aquí. No me extrañado que lo hayan seleccionado y publicado alli. Es lógico.
ResponderEliminarEs inquietante. Muy bueno el juego de letras.
ResponderEliminarEn breves líneas, un escalofrío.La muerte nos pisa los talones y, cualquier día nos pone la zancadilla mortal.Y mientras tanto,vivimos ignorando esa posibilidad.
ResponderEliminar¡Buen relato, Xavier !
Saludos