Impulsos, a veces ráfagas, que son flechas...condensadas en sólo 140 caracteres.
Yo volaba alto, tu mirada se arqueó, tus cejas se tensaron, con una sola flecha del carcaj de tus ojos impactaste en la diana de mi corazón.
jueves, 18 de agosto de 2011
5 comentarios:
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Sí, a veces Cupido no tiene ni que molestarse. Una mirada y listo, bien fácil. E... igual de peligroso.
ResponderEliminarHay miradas que te observan para siempre. Es precioso, Xavier.
ResponderEliminarLuisa, Montse, gracias por acompañarme en estos días de Agosto. En este mundo prepotente y vanidoso que nos ha tocado vivir, reparamos poco en las cosas realmente importantes: un beso, una mirada, una sonrisa, un susurro, un abrazo silencioso, el calor de una piel que te roza, esas son las flechas que habría que disparar siempre, esas y no otras...
ResponderEliminarUn abrazo.
"...Una flecha en tu diana.
ResponderEliminarY, en ese instante,
me dió un vuelco el corazón
Y una mancha roja
apareció en mi camisa"
(De un poema que escribí hace meses, titulado: Cupido).
Saludos.
Hola Sinrima, mas que una flecha, eres como un boomerang, llegas, como un relámpago, pasas como un torbellino, y regresas a tu carcaj. Espero que dispares muchas veces por aquí...
ResponderEliminarSaludos caleidoscópicos