- Este gordo ocupa mucho lugar y no me deja ver el león, mamá.
- Manolito, no es gordo. Es así, es un elefante.
- Será un elefante, pero es un elefante gordo. Además los elefantes no llevan sombrero, ni tienen bigote, ni comen palomitas, ni sorben la coca cola, ni hacen ruiditos. Ése mamá, digo ése.
- No señales hijo, que es de mala educación.
- Ves, mamá, como este gordo ocupa mucho lugar. Ahora no puedo ver los payasos. Me enfado. Ya no vengo más al circo.
© Xavier Blanco 2011.
Un buen pellizco de humor
ResponderEliminarLa sinceridad de los pequeños como siempre levantando sonrisas a todos menos a su madre ya al elefente con sombrero.
ResponderEliminarSigrid lo ha expresado perfecto.
ResponderEliminarLos niños no mienten!!
ResponderEliminarSALUDOS!
Amando, como contesto tarde, voy con ventaja. Os puse al tierno chaval y al elefantito para reir un rato, ya tenía preparada la entreda de los "espectros del mal" que he publicado hoy y conozco vuestro temor al mas allá.
ResponderEliminarSigrid, me alegro verte por aquí asomada a tu balcón, hacía tiempo que no venías, serán los aires del verano.
Montse, gracias por leer y por comentar, luego paso por tus aposentos, pero tu ritmo es endiablado y yo estoy de vacaciones y estos días tengo dificultades para conectarme.
Hola El escritor, bienvenido al Caleidoscopio, esperamos verte por aquí. Sí, los niños nunca mienten, aunque a veces nos encantaría...
Un abrazo calurosos a tod@s.