jueves, 11 de agosto de 2011

129 Cataclismo.




Hace algunas semanas los amigos de La Esfera Cultural, me publicaron en sus páginas este relato. Todavía no lo había traído al Caleidoscopio. espero que os guste.







Las gotas de sudor se precipitaban por su frente. Su cuerpo se inflamaba. El sol de mediodía eclipsaba el horizonte. Una polvareda negra, espesa y sofocante les hostigaba,  garabateando  en el cielo una caprichosa guadaña.  Habían perdido el rumbo, demasiados días viajando sin norte, demasiadas noches sin estrellas. Miró a su alrededor, un mar de arena infinito los sitiaba.  No quitaba ojo a sus hermanos, los pequeños deliraban. Quizás el olor pútrido y alcanforado, que impregnaba sus células olfativas, no les permitía respirar. El aire era espeso, denso. La muerte les perseguía sigilosa. Presentía sus pasos, cada vez más cercanos, medrando en la mudez del silencio. El cielo se oscureció. El rugir del viento penetró en sus oídos, como si una hecatombe hubiera partido en dos la bóveda celeste. Las lágrimas humedecieron su rostro. Los pequeños sollozaban. Hedía a tragedia. Presentía el final. Alzó la vista esperando alguna señal, una bandada de unicornios alados surcó el cielo.

©  Xavier Blanco 2011.

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4 comentarios:

  1. Gracias por llenar el verano de hermosas palabras,

    Anna

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  2. Hola Montse, ¿te acuerdas de este texto?, sí, tienes razón lo envié al Vendaval de relatos el pasado 11 de Junio. Buena memoria. Un abrazo.

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  3. Anna, que alegría volver a leer tus comentarios. Un besazo.

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